Hace unos días escuché una conferencia sobre la seguridad y la confianza como motores de cambio en todas las facetas de nuestra vida. Así es, en todas las relaciones, tanto len as personales como en las profesionales, hace falta que el equipo esté formado por personas seguras, confiadas y que sepan guiar a los demás o sembrar, cultivar o propiciar un clima de confianza en las personas que le rodean.
Todas las personas somos únicas, somos especiales, tenemos cualidades que nos diferencian de los demás y que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra vida. Todos tomamos nuestras decisiones de una forma determinada y lo realmente importante es que las decisiones que tomemos no sean precipitadas, no sean un parche a lo que tenemos sino que sean unas soluciones razonadas que vayan creando una base sólida en la que podamos apoyarnos en otros momentos de incertidumbre. Me gusta hacer una analogía con mi jardín, antes de plantar, remuevo la tierra, la abono, le pongo nutrientes, la preparo y después de hacer este trabajo previo, pongo la semilla y la cuido. Así consigo tener un jardín precioso, sólo requiere un cuidado continuo, una pequeña planificación y algo de tiempo. Todo requiere su tiempo y es necesario respetarlo. Tomate tu tiempo, no estés siempre pendiente de las cosas urgentes y te olvides de las importantes. Mi amigo Ramón siempre me decía: "Lo urgente mañana lo será más, o... habrá dejado de serlo". Lo he experimentado y aunque al principio cuesta llevarlo a la práctica, confirmo que es verdad.
Como he dicho antes, cada persona es un mundo, todos somos diferentes. Hay quien tiene claro hacía donde va y dirige sus pasos hacía allí y hay quien prefiere dejarse llevar por las circunstancias y vivir aquello que la vida le traiga. Personalmente, prefiero saber hacía donde voy, dirigir mi vida y planificar mis pasos para conseguirlo, me gusta pensar y revivir lo que quiero, aunque confieso que a veces, no sale tal y como habías soñado, pero si eres creativa y amas la aventura, absolutamente todo, es salvable. En estos momentos me encuentro en lo que Mamen llama "Realismo soñador" por analogía al realismo mágico. Tengo los pies en el suelo, veo lo que hay, parto de la realidad pero a su vez soy soñadora, salgo de mi zona de tranquilidad y me mantengo en la zona de aprendizaje continuo, ya que, allí es donde están las posibilidades de transformación.
Juan Planes narraba en su conferencia un cuento sobre dos barcos que salían a la misma vez con destino a Roma. Uno de los barcos tenía un capitán que había planeado cada detalle, había repartido el trabajo teniendo en cuenta las habilidades de cada miembro del equipo y tenían unas instrucciones sencillas, claras y concisas que habían elaborado entre todos. Todos estaban implicados y tenían muy claro lo que tenía que hacer y en cuanto tiempo.
En cambio, en el otro barco, el capitán había hecho una reunión informal y había preguntado al resto del equipo quien sabía donde estaba Roma. Uno de ellos dijo. "Todos los caminos llevan a Roma" y el capitán decretó: "Tú serás nuestro guía". No había tareas, no había instrucciones, todo se iba resolviendo tal y como surgían los conflictos, iban poniendo pequeños parches e iban avanzando sin rumbo fijo. Juan Planes preguntaba ¿Quien creéis que llegará primero a Roma? Pues eso, no puedo añadir nada más.
Franklin Covey escribió que las personas eficientes tenían 4 cualidades que no podíamos dejar de lado: Guia, seguridad, sabiduría y poder.
En el próximo post os hablaré de estas cualidades y de cómo influyen en nuestra vida, os aseguro que es realmente interesante.
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