"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

domingo, 29 de noviembre de 2015

Cultiva tu espontaneidad.

Hoy me gustaría hablaros del tema que está semana ha llamado mi atención y que me ha hecho reflexionar mucho, es el tema de la espontaneidad relacionado con la planificación. Os contaré que tras varías recomendaciones, finalmente he decidido leer "Tus zonas erróneas" del autor Wayne W. Dyer.  Confieso que el capítulo sobre espontaneidad me ha cautivado y me ha hecho pensar intensamente sobre algunos comportamientos.
Quiero compartir con vosotros mi reflexión porque me parece paradójica. Siempre he creído que era una persona innovadora, creativa que no le daba miedo empezar cosas nuevas, ni iniciar nuevos proyectos, es más cualquier nuevo proyecto siempre me ilusiona y pongo todo mi compromiso y mi pasión para que llegue a buen término. Siempre me había colgado la etiqueta de soñadora, creativa y espontánea. Si, siempre fue así hasta que llegue a este capítulo del libro de Wayne Dyer y desmontó mi teoría.
Mi reflexión parte del hecho de que siempre lo planifico todo, planifico cada segundo de mi vida, tengo claro cuál es mi misión y mi visión, hacía donde voy, cuál es mi camino en la vida (aunque también os confieso que me ha costado muchas horas llegar a conocer bien mi plan de vida), tanto es así que yo me levanto por la mañana y sé que estaré haciendo cada segundo del día, igual en el trabajo, que en ocio, que en mi vida personal. Me siento segura así, siento paz interior porque todo está marcado, mi camino tiene unos hitos que voy a recorrer con toda seguridad y que por lo tanto, me llevarán a donde quiero llegar, a mi destino. Vale, en un principio, esto es genial, pero ahora aparece la parte contradictoria y es la siguiente, si alguien osa interrumpir mi planificación, o por cualquier motivo alguna tarea dura un poco más de lo previsto y no puedo empezar la siguiente, me pongo muy nerviosa, modificar mi planificación inicial es algo que me atormenta, que no permite alcanzar mi paz interior y hace que me sienta inquieta y estresada.

Entonces, ¿soy espontánea y creativa o soy muy rígida y no salgo de lo planificado? la verdad es que es una duda existencial. Wyne Dyer dice en su libro que si lo planificas todo puede que un día llegues a aburrirte de tanta seguridad, de saber como será tu día antes de que lo vivas. Y si lo pienso, así es, cada mañana sé que como será mi día pero me siento segura, me siento cómoda y paralelamente surge la incomodidad cuando he de salir de lo planificado.

Después de leer este capítulo he llegado a la conclusión de que no soy flexible y que por lo tanto, me estoy perdiendo pequeñas cosas de la vida que surgen en un momento determinado y se van, esas pequeñas cosas que no te dan tregua a disfrutarla otro día. La espontaneidad quiere decir que puedes tomar cualquier decisión de repente, simplemente porque crees que te gusta y que puedes disfrutar de la acción y si no es así, al menos disfrutarte del hecho de probarlo.

En definitiva, ¿se puede ser creativa, soñadora e innovadora y a la vez tomar una postura de rigidez absoluta en la toma de las decisiones? Voy a experimentar, voy a intentar llegar al equilibrio, os iré contando mi evolución, espero que no sea muy complicado planificar con menos intensidad.

Doy las gracias a todos los amigos que me han recomendado leer a Wayne Dyer ya que me está ayudando a conocer muchas cosas sobre mi misma. He aprendido que el fracaso no existe, el fracaso es simplemente la opinión que alguien tiene sobre como se deberían hacer ciertas cosas. Cuando te convezcas de que no hay nada que deba ser realizado de una forma específica, entonces el fracaso será imposible.

martes, 17 de noviembre de 2015

¿Los sueños se contagian? ¿Y tú, qué crees?

Soñar es nuestro aliado para conseguir un mayor nivel de creatividad. Los sueños influyen en nuestra creatividad y ello es así, porque cuando soñamos contribuimos a visualizar nuestro objetivo más ansiado y desarrollamos, sin saberlo, nuestro cerebro emocional.

Compartir nuestros sueños es una herramienta maravillosa para expresar nuestra creatividad y utilizar el lenguaje para expresar aquello que deseamos. Partamos de que con las palabras creamos nuestra realidad, damos visibilidad a aquello que nos importa y compartimos nuestras ilusiones. Hace algún tiempo hice un ejercicio que me gustó mucho y considero que todos deberíamos realizar alguna vez para comprobar de primera mano sus efectos. El ejercicio consistía en compartir sueños, hicimos una rueda de personas que nos acabamos de conocer y durante dos minutos mi tarea consistía en compartir mi sueño. Fue un ejercicio muy hermoso porque cuando cuentas tu sueño, tus ojos brillan, tu sonrisa es atractiva, tu lenguaje se vuelve positivo y tu imaginación no tiene límites, no encuentra ningún obstáculo para transmitir lo que piensas, lo que visualizas, lo que quieres conseguir. Tienes muy anclados tus objetivos.

Lo realmente impresionante es que los sueños se comparten. Muchas personas tienen sueños muy similares, pero aún así, después de que unas cuantas personas me hubieran contado su sueño, algunos de ellos, como sin darme cuenta, los hacía míos, me gustaba la idea de base, se podían utilizar para soñar otra cosa parecida e incluso a veces eran cosas que nunca hubiera podido pensar que me gustaría o que me cautivaría y ha sido así porque su autor los ha transmitido de una forma muy especial, ha utilizado un lenguaje elegante, cautivador, apasionado y sobre todo lo ha acompañado con un lenguaje no verbal, con unos gestos y con un tono que te hace ver su autenticidad.

Otra cosa muy curiosa que me gustaría resaltar es que después de compartir tu sueño te sientes más implicado, más decidido a conseguirlo y más seguro de que algún día llegará y será la realidad.

¿Te atreves a compartir tu sueño?