"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

miércoles, 20 de julio de 2016

El camino del artista

Como os conté hace unos días estoy leyendo el libro el Camino del artista de Julia Cameron y os comparto que estoy disfrutando de su lectura. Os confieso que no es una simple lectura ya que la autora en cada capítulo propone ejercicios para que vayas adquiriendo el hábito concreto del que trata en el tema.

Ya hemos hablado otras veces de los hábitos y de lo difícil que resulta cambiarlos si no cambiamos desde el interior, es muy difícil ser coherente durante mucho tiempo si no has cambiado desde dentro porque los automatismos tienen mucha fuerza, piensa que los has estado repitiendo sin darte cuenta durante parte de tu vida y que para ti, son una forma de ahorrar energía. Si no cambiamos nuestros pensamientos, lo que sucede es que tenemos una incoherencia interior y lo que hacemos es una pura operación de maquillaje que durará unos días. No te ha pasado nunca que te has propuesta un reto, por ejemplo, comer más sano, y durante 3 o 4 días, o si eres muy persistente 15 te mantienes en tu desafío, pero sin darte cuenta, vuelves a tus antiguos hábitos y te olvidas de tu propósito. Esto es así porque es lo cómodo porque evita que tengamos que estar conscientes en cada momento y nos permite avanzar casi sin darnos cuenta, aunque no vayamos hacía donde nos habíamos propuesto. Esto lo explicaba muy bien Alicia, si no tienes un destino da igual qué camino tomes, siempre llegarás a algún lugar.

Hoy os quiero contar algo sobre el capítulo 5 del libro, este capítulo habla sobre la posibilidad de recuperar la sensación de posibilidad. Me gusta este capítulo porque explora la forma en que sin darte cuenta restringes tus propias posibilidades y pones límites a lo que puedes recibir. Hablo de las creencias limitantes o restrictivas. Una de las barreras más grandes la ponemos nosotros al pensar que resolver una situación es muy difícil o que no podemos hacerlo. Cuando pensamos así, no confiamos en el creador que tenemos dentro y descartamos nuestras ideas por considerarlas una locura. Cuando estamos preocupados por algo solemos magnificar nuestros planes y los definimos como grandilocuentes e irrealizables. En cambio cuando estamos tranquilos somos capaces de diseccionar los hechos  y como dice la cultura popular, en frase atribuida a Julio César "divide y vencerás"

Muchos de nosotros no apreciamos el verdadero poder creador que hay en nosotros y tendemos a establecer límites. Confía en tu guía interior, dale el poder y verás que todo sigue su cauce. Adopta una aptitud creativa, iníciate en la sutil exploración y abre la puerta al misterio.

Os contaré que hace unos días empecé a pintar, escuché en un programa de radio que pintar relajaba y ayudaba a reflexionar sobre determinados temas y sin pensarlo dos veces fui y compré una caja de pinturas y un libro de mandalas. Estos son mis primeros pasos, que os confieso que están siendo muy productivos. Ya veis, pintar algo que está dibujado, parece que no tiene mérito pero es el primer paso hacía el siguiente, cuando me sienta firme y con confianza dibujaré mis propios dibujos.

Tengo ilusión de empezar a diseñar porque hace algunos días, por casualidad, me encontré con una chica que me contaba que los mandalas reflejan la personalidad de quien los pinta, según los colores, los trazos, la sincronicidad, la armonía, los patrones, se puede averiguar mucho de la persona que lo pintó. ¿Qué opinas? ¿Te has planteado alguna vez empezar a pintar? Os animo a empezar, no sé si define la personalidad pero os aseguro que relaja mucho.

Voy a terminar el post con una frase de Margaret Young que dice: "Muchas veces la gente intenta vivir su vida al revés: intentan tener más cosas, o más dinero para poder hacer más de los que les gusta porque así creen que serán más felices. Pero lo cierto es que funciona al revés. Primero tienes que ser quien realmente eres, y, después hacer lo que necesitas hacer para poder tener lo que quieres."

Recuerda el orden siempre es ser, hacer, tener y no al revés.


domingo, 17 de julio de 2016

Expectativas

Como os conté días atrás, estoy leyendo "El camino del artista" de Julia Cameron, un curso de descubrimiento y rescate de la creatividad. En verdad es la Biblia de los creativos, tiene 8 ediciones y sus ventas siguen creciendo porque es un libro realmente interesante y muy ameno de leer.

La semana pasada os contaba que uno de los ejercicios que la autora propone para incrementar nuestra creatividad es levantarse temprano, y sin leer el móvil, directamente, coger un lápiz y una libreta y escribir tres páginas de ideas, sin pensar en lo que escribes, ni en la morfología, ni en la sintaxis... se trata de vaciar tu cabeza para dejarla libre de ruidos y poder llenarla con cosas que despiertan tu creatividad. La autora recomienda no leer lo escrito hasta que no pase un tiempo prudencial, unos meses, se trata solo de reflexionar sobre lo que te preocupa, es una forma de meditar distinta, una forma de dejar hueco, como lo harías en un armario para poder poner cosas nuevas.

El segundo ejercicio que propone es tener una cita contigo mismo, dejar una vez a la semana dos horas para ti, para hacer cosas que te apetezcan como ir a un bazar y gastar 5 euros en cosas creativas, pegamento, colores, gomets... o ir al parque y pasear o mojarte los pies en la playa o observar la gente que pasa por el parque... cosas sencillas pero que te llenan de energía y de deseos absolutas de trabajar por tu creatividad. Ella le llama la "cita con el artista".

Hoy, tuve mi cita particular, fui a la piscina y observé como se divertían los niños en el agua y como la gente mayor hacía muecas porque el agua estaba fría. Al ver estas escenas reflexioné sobre el tema de las expectativas. El agua no estaba fría pero, como hacía calor, la gente la esperaba más caliente y se sobresaltaba. Según algunas corrientes de pensamiento la forma de no sufrir es no tener expectativas o, al menos, no apegarnos a ellas. En mi reflexión pensaba que cuando leo cosas sobre la creatividad siempre escucho que todo sucede dos veces, la primera en nuestro pensamiento y la segunda en la realidad, cuando algo sucede en la realidad es porque alguien lo pensó primero, y siempre nos ponen el ejemplo del parque de Walt Disney. Estoy de acuerdo, todo empieza con un pensamiento pero, en realidad, este pensamiento, ¿no es una expectativa? ¿no es algo que esperas que ocurra en tu vida? Algo que das por seguro y que no hay duda de que, si trabajas por ello, pasará.

Durante algún tiempo estuve intentado casar las dos posturas y finalmente, llegué a una conclusión, visualizar es esencial, pensar y llevar nuestros pensamientos a la acción es vital para avanzar en el sendero de la vida pero la diferencia entre expectativa y pensamiento o visualización es que en la expectativa no somos flexibles, esperamos que algo suceda de una determinada manera y nos apegamos al resultado. Si finalmente sale de otra forma y el resultado es distinto no sabemos recolocar porque desde un principio teníamos claro cuál era el resultado ideal y no había hueco para otro.

Esto me ha hecho pensar que es necesario incluir el error en nuestros pensamientos y desapegarnos de los resultados, entendiendo como error obtener un resultado diferente al esperado y, de esta forma, cuando el resultado es inesperado, encontrar un nuevo desafío o reto en el que trabajar. Todo no sale siempre como una había esperado, ni tan siquiera cuando lo deseas mucho y lo importante está en saber trabajar en cómo integrar el resultado que has obtenido en tu vida, no reaccionar contra él ya que, como sabéis lo que resiste persiste, sino integrarlo, asumirlo y continuar avanzando.

En definitiva, estoy segura que vida es una rueda que en cada momento de tu vida te plantea retos, situaciones que debes superar, si no lo haces, la misma situación sucede una y otra vez hasta que la superas y cuando finalmente lo haces, pasa como en los videojuegos, pasas a otro nivel. ¿Lo has comprobado? En el próximo post os contaré una experiencia personal que avala la teoria.






lunes, 11 de julio de 2016

Convivir con la naturaleza

Este fin de semana he estado en Bilbao en un hotel rural ubicado en medio de la nada en un territorio declarado reserva de la biosfera. He disfrutado muchísimo del contacto con la naturaleza. En la parte de atrás del hotel había un prado verde con manzanos y mesas de madera para leer, pintar o estudiar debajo del manzano.

La primera impresión que tuve es que estaba en el cuento de Alicia en el Pais de las Maravillas. Me recordaba la imagen que sale al principio del cuento en que Alicia está leyendo debajo del manzano y protesta sobre un libro que no tiene dibujos ni imágenes y que por lo tanto, lo consideraba muy aburrido. 

Estaba debajo del árbol pintando un diagrama o representación simbólica de formas geométricas. Quizás os preguntéis por qué pintaba, y por si acaso, os lo voy a explicar, hace unos días escuché un programa de radio sobre la efectividad de pintar objetos repetitivos para vaciar la mente de ruido, y bien, como decía mi abuela "lo que pasa conviene" Primero escuche el prohgrama de radio, después me inicié en el arte de los mandalas y hoy, casualmente, ha venido a verme una alumna y me ha explicado que los mandalas reflejan la personalidad de la persona que los pinta. Según los colores que eliges o los trazos que haces se puede definir tu personalidad e incluso el nivel de energía que tienes en le momento que pintas, si estabas activa o muy relajada o la actitud que tenías ante el dibujo. Me ha dejado muy intrigada, os contaré más cosas la próxima vez que hable con ella pero os adelanto que me ha dicho que mi color es el verde.

En fin, os contaba esto porque ha sido un fin de semana muy relajado y muy en contacto con la naturaleza, así me he sentido parte de la corriente chamanista de Eckhart Tolle, he sentido que formaba parte de la naturaleza que me integraba en ella, he notado los olores, las texturas al tocar los árboles, el césped mojado, la tierra...

Os recomiendo, que sintáis la experiencia en vosotros mismos, que os fundáis con el césped y os sintáis integrado en la tierra y arropado por  el cielo.

Aprovecho para dar las gracias a María por hacerme ver las cosas importantes en la vida y por explicarme tantas cosas de los mandalas y su forma de reflejar la visión de la vida de la persona que los pinta.

La próxima vez os contaré sobre un negocio que había cerca del hotel y que, además de ser muy próspero, era muy curioso.

Conversaciones...


Hoy me gustaría hablaros de un tema que sabéis que me apasiona, el lenguaje y la forma de interactuar contigo y con los demás. A pesar del que el tema es muy interesante voy a centrarme en la comunicación interpersonal y en el próximo post me centraré en la intrapersonal.


Los actos del habla están asociados con efectos particulares que el orador intenta provocar en sus interlocutores, para que haya comunicación, la conversación tiene que ser bidireccional, si la otra parte no interactúa hay un intercambio de información pero no hay comunicación.

Así pues, para que la comunicación se produzca hay determinados ingredientes que tienen que mezclarse de forma adecuada para que el resultado sea el producto final esperado. Si fuéramos a hacer pan, sabemos, porque así lo ha dicho mucha gente y, además, probablemente ya hayamos experimentado en otras ocasiones,  que hacen falta unas determinadas medidas de harina, de agua y de levadura y que si seguimos la fórmula exacta, muy probablemente, el resultado será el esperado. 

Esto que vemos tan claro en el pan, podemos aplicarlo a la comunicación, hay muchos estudios que nos dan pistas sobre lo que funciona y lo que no para obtener una buena comunicación, pero, como siempre digo, no se trata de seguir las instrucciones al pie de la letra sino de experimentar, ver que es lo que mejor nos funciona y aplicarlo a nuestra situación concreta. Se trata de jugar, de sentirte retado y de conseguir la mejor fórmula para que tu comunicación sea grata y efectiva.

Necesitas aplicar unas determinadas "reglas", que en realidad no son tal, sino meras indicaciones que tu puedes aplicar a tu manera. Así, el filosofo inglés Paul Grice tenía unas reglas pragmáticas para una buena conversación y tengo que confesaros que, en mi opinión, era un poco idealista pero, no obstante, os cuento sus ideas y opináis vosotros.

La primera máxima es la de la cantidad, para tener una buena conversación no hay que hablar más de lo necesario para lograr el propósito que queremos conseguir. "Don't say too much or too litle". Así es, si dices mucho se perderá el mensaje, se desdibujará y se difuminará y si dices poco no habrá suficiente información para que el acto conversacional llegue a su fin. ¿Cuál es tu propósito? Da la información justa para conseguirlo.

La segunda máxima es la de la calidad, para que el acto conversacional sea efectivo no digas aquello de lo que dudas, no confundas, no digas lo primero que se te ocurra o venga a tu mente a no ser que tengas una justificación. Don't say what you don't believe or what you have no reason to believe. Si lo haces, pierdes credibilidad y ¿cómo se va a producir el efecto buscado si no confían en ti? El primer paso siempre es conseguir credibilidad y ello se consigue siendo humilde y sincero.

La tercera máxima es la relevancia, que lo que necesites decir sea relevante para conseguir el objetivo propuesto, claro que aquí ¿qué es lo relevante? Si estamos en un contexto cooperativo es algo obvio, si estamos en otro contexto habrá que reflexionar sobre ello. Esta máxima está directamente relacionada con la primera, ya que para mí, significa, di lo justo pero, además, que aquello que digas sea importante.

La cuarta y ultima máxima es ser breve, ordenado y evitar la ambigüedad, si os dais cuenta se repiten las anteriores, decir lo justo, de manera clara y ordenada. Me gustaría señalar que en este contexto, ser ordenado significa el uso de marcadores, tanto de argumentos, como de conclusión,  como de premisas.

En resumen, la conversación efectiva tiene unos ingredientes que puedes mezclar a tu manera para ver cuál es la receta que mejor te funciona.  ¿Y tú? ¿Piensas que las máximas de Paul Grice son idealistas?