Este fin de semana he estado en Bilbao en un hotel rural ubicado en medio de la nada en un territorio declarado reserva de la biosfera. He disfrutado muchísimo del contacto con la naturaleza. En la parte de atrás del hotel había un prado verde con manzanos y mesas de madera para leer, pintar o estudiar debajo del manzano.
La primera impresión que tuve es que estaba en el cuento de Alicia en el Pais de las Maravillas. Me recordaba la imagen que sale al principio del cuento en que Alicia está leyendo debajo del manzano y protesta sobre un libro que no tiene dibujos ni imágenes y que por lo tanto, lo consideraba muy aburrido.
Estaba debajo del árbol pintando un diagrama o representación simbólica de formas geométricas. Quizás os preguntéis por qué pintaba, y por si acaso, os lo voy a explicar, hace unos días escuché un programa de radio sobre la efectividad de pintar objetos repetitivos para vaciar la mente de ruido, y bien, como decía mi abuela "lo que pasa conviene" Primero escuche el prohgrama de radio, después me inicié en el arte de los mandalas y hoy, casualmente, ha venido a verme una alumna y me ha explicado que los mandalas reflejan la personalidad de la persona que los pinta. Según los colores que eliges o los trazos que haces se puede definir tu personalidad e incluso el nivel de energía que tienes en le momento que pintas, si estabas activa o muy relajada o la actitud que tenías ante el dibujo. Me ha dejado muy intrigada, os contaré más cosas la próxima vez que hable con ella pero os adelanto que me ha dicho que mi color es el verde.
En fin, os contaba esto porque ha sido un fin de semana muy relajado y muy en contacto con la naturaleza, así me he sentido parte de la corriente chamanista de Eckhart Tolle, he sentido que formaba parte de la naturaleza que me integraba en ella, he notado los olores, las texturas al tocar los árboles, el césped mojado, la tierra...
Os recomiendo, que sintáis la experiencia en vosotros mismos, que os fundáis con el césped y os sintáis integrado en la tierra y arropado por el cielo.
Aprovecho para dar las gracias a María por hacerme ver las cosas importantes en la vida y por explicarme tantas cosas de los mandalas y su forma de reflejar la visión de la vida de la persona que los pinta.
La próxima vez os contaré sobre un negocio que había cerca del hotel y que, además de ser muy próspero, era muy curioso.
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