"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

sábado, 10 de mayo de 2014

DE BUENAS INTENCIONES ESTÁ EL INFIERNO LLENO... (O ALGO ASÍ)

Odio esta frase, no puedo explicar por qué, pero siempre la oigo en mis peores momentos. Siempre he opinado que quienes abanderan esta frase y "la sueltan" siempre que surge la ocasión son personas que no saben luchar, personas que no creen en la creatividad, que no están dispuestas a utilizar todos los recursos de los que disponen para sacar sus ideas hacía adelante. Lo peor de todo es que son personas con recursos pero sin aquello a lo que mi iaia le llamaba "espenta", y que es una palabra que no sé definir pero que me encanta. La "espenta" es algo así como ser proactivo, estar dispuesto a tomar decisiones y a luchar por aquello que merece la pena. La "espenta" la tienen aquellas personas que utilizan el pensamiento lateral, que son flexibles, que saben cambiar su perspectiva para ver los problemas desde diferentes ópticas, dejan opinar a los demás, saben ser flexibles con su enfoque y saben a dónde se dirigen.

Es una verbalización interna de las que coartan la creatividad y la expresividad de las personas, yo la asimilo a "para que voy a continuar si al final no voy a llegar a ningún sitio" "Si siempre se ha hecho así, por qué vamos a cambiar ahora...". Es una frase para pensar y repensar y al final terminar desechándola por mentirosa, si por mentirosa, todo en la ida tiene solución y no siempre es la primera que se nos ocurre, hay que experimentar, probar y no tener miedo al fracaso, el fracaso forma parte de nuestra experiencia y de nuestro aprendizaje y hay que saber convivir con él, igual que se convive con el día a día, con los éxitos y con las alegrías.

El pensamiento lateral nos ayuda a crecer, y no es algo difícil, no es un don, es algo innato y que sólo hay que practicarlo cada día para entrenarnos en esta forma de pensar, en el pensamiento crítico, el pensamiento algorítmico, el pensamiento analógico. Todo empieza con la duda, no hay que dar los paradigmas por sentados, es necesario preguntarse cada vez, es necesario cuestionar las soluciones, sin ser víctima del extremismo. Cada vez que apliquemos una solución debemos preguntarnos ¿podríamos haberlo solucionado de otra forma? ¿Alguien alguna vez aplicó una solución diferente? ¿podría utilizar soluciones aplicadas en otras disciplinas para resolver mi problema? ¿desde cuántos puntos de vista puedo visualizar el problema?...

Hay problemas que sólo se pueden solucionar si dejamos atrás nuestras pensamientos básicos, nuestras convicciones, nuestros paradigmas y nos permitimos la libertad de enfocar el problema desde diferentes perspectivas.

Partimos de los hechos para formar nuestras convicciones, los hechos en si mismos, no tienen características inherentes, es la persona que los interpreta la que le otorga las características. La persona que vive esos hechos le otorga unas cualidades en su pensamiento y esas cualidades, permanecen en nuestro recuerdo como ley causa- efecto. En la mayoría de ocasiones, para otras personas, los mismo hechos tienen significados diferentes pero para nosotros son nuestras convicciones, nuestras experiencias nuestros paradigmas, y ello nos condiciona en la interpretación del resto de hechos y decisiones que vivimos cada día.  Nos condiciona tanto, que incluso cuando leemos un libro, de aventuras o de misterio, cada persona interpreta los hechos que suceden de una manera diferente, apoyándose en sus experiencias y convicciones. Los personajes de los libros cobran vida de forma diferentes según quien sea el lector, ni tan siquiera las ilustraciones, ayudan a que veamos a los personajes de igual manera. Esta es la magia de leer un libro, te hace sentir diferente, especial y único.

El pensamiento lateral nos ayuda a encontrar soluciones diferentes, innovadoras y creativas. Nos ayuda a crecer personalmente y a ayudar a crecer a las personas que se encuentran a nuestro alrededor y a las que les brindamos cada día nuestra forma de hacer las cosas. El pensamiento lateral es el cambio, y el cambio siempre es el principio de la creatividad y la innovación.

Aquellas personas que practican el pensamiento lateral aceptan la pluralidad de ideas, se sienten cómodos ante la incertidumbre, porque la incertidumbre es una oportunidad de llegar a una nueva idea. Son personas que le dan importancia a lo que en un principio parece irrelevante porque muchas veces marcan la gran diferencia. Son personas a las que le gusta llegar a nuevas soluciones, salir de su zona de confort y marcar la diferencia.

En resumen, hay que evitar las verbalizaciones internas que coartan nuestra creatividad y nos llevan "al lado oscuro" y sobretodo NUNCA repitas "de buenas intenciones está el infierno lleno... o algo así" porque es la forma fácil de no continuar. Como decía Carlos Goñi, "es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar".