Hace un par de meses contacte con mis amigos de México para concretar una misión. Les pedí que me enviaran algo original de Kaliman, superhéroe de origen Mexicano que fue bastante famoso desde 1963 hasta 1991. Les pedí algo original, lo que fuera, un cómic, una taza, un póster, cualquier cosa pero que fuera mexicana y de los primeros años de vida de este superhéroe.
Todos mis colaboradores, muy motivados, me dijeron que me enviarían algo lo antes posible. Bien, han transcurrido casi dos meses y aún no he recibido nada, claro que, como la esperanza es lo último que se pierde, sigo esperando una carta, que tal vez pronto llegue.
Mientras llega, y por si no es pronto, he decidido escribir este post y contaros porque comencé con esta supermisión. Alguien me dijo que Kaliman era un superhéroe que luchaba contra los malvados villanos sólo con su conocimiento de la ciencia, no tenía superpoderes mágicos, quitados de algunas proyecciones y la hipnosis.
Esto me hizo pensar en Batman, el gran superhéroe de 1939, que luchaba contra el mal vestido de murciélago. Dicen que vestía de murciélago porque era un animalito que daba mala suerte a los malvados, todavía no sé muy bien por qué, pero como vivo en Valencia, me gusta el bichito. Batman, tampoco tenía superpoderes, luchaba con su conocimiento de la ciencia y un compromiso muy profundo para erradicar el mal. Una creencia y unos valores muy arraigados de que los villanos pararían sus fechorías.
Estos dos superhéroes tenían una cosa en común, luchaban por el bien, sin ningún superpoder mágico, no volaban, no se convertían en nada extraño y, sobretodo, eran muy humanos. Lo único que utilizaban en su lucha eran sus principios, sus valores y la ciencia.
Mi idea era que estos dos superheroes se parecen a muchos otros del siglo XX. Yo os aseguro que conozco algunos. Este pensamiento hizo volar mi creatividad para hacer un póster o elemento decorativo con tres superhéroes del siglo XX: Batman, Kaliman y alguien conocido. Alguien que tiene las mismas cualidades que estos superheroes y que es digno de admiración y alabanza.
Le dedico este post a aquellas personas que son capaces de transformar el mundo compartiendo su visión de vida, que no tienen miedo a comunicar, cualquier cosa, ya sea buena o mala, y que lo hacen a tiempo y con mucho tacto.
Admiro a aquellas personas que son humanas, que no se suben a ningún pedestal, y desde la cercanía son generadores de ilusión, de confianza y de seguridad. Los admiro porque son capaces de cultivar un clima proclive a la libertad, a la autonomía y a la escucha activa. Los admiro porque son personas que no destruyen pensamientos sino que le dan vuelos y son capaces de guiar hasta que los consigues o estas tan cerca que casi los acaricias. Personas que te dejan disfrutar de tu triunfo aunque haya colaborado en el 50%, o más, si cabe, pero se mantienen en la lejanía, viéndote disfrutar y gozando de tu alegría. Esto es la verdadera magia.
Admiro a estas personas porque generan ilusión, pero no ilusión deformadora del mundo, sino ilusión creativa. Es lo que Mamen acuñó como realismo soñador. Alguien que te reta, te desafía, pero lo hace desde la ilusión, desde la libertad de dejar que te equivoques pero estando cerca por si no puedes levantarte. Personas humildes, siempre con la mano extendida, responsables, con dignidad y que saben transmitir el respeto hacían los demás. Creadores de un clima de humanidad y de trabajo en equipo sin igual, creadores de pasiones, formadores de talentos, escuchadores de opiniones varias, creíbles, coherentes, sólidos y muy humanos.
Asimismo son personas comprometidas con la vida y con un concepto de la misma muy transcendental pero, a su vez, realistas, evitadores de distracciones y dispersiones y con una actitud muy abierta hacía los demás.
Estos son los héroes del siglo XXI y yo conozco algunos. Desde aquí agradezco a mis amigos mexicanos todas sus gestiones y les aseguro que confío en ellos y sigo esperando.
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