¿Qué es ser responsable? Ser responsable significa dar respuestas a la vida, significa tomar decisiones con seguridad y hacerte cargo de sus consecuencias. En la vida tomamos muchísimas decisiones a lo largo del día, algunas las tomamos en modo automático y forman parte de nuestra rutina. Otras en cambio, nos cuesta muchísimo trabajo tomarlas porque las consideramos importantes y no tenemos la certeza de las consecuencias que producirán. Así es, en la mayoría de los casos la incertidumbre es una parte importante de la decisión.
¿Cómo decidimos? En primer lugar, analizamos la información que tenemos. Hay ocasiones que no tenemos toda la información necesaria para tomar la decisión. En estos casos, aquella información que no tenemos, nuestro cerebro se encarga de inventarla, rellenamos los huecos con lo que a nosotros nos parece más creíble, con lo cual, depende mucho de nuestra actitud el que la información que rellenemos sea positiva o negativa.
Una vez hemos rellenado los huecos, y creemos que disponemos de toda la información necesaria, entre todo el conjunto factible, entre todas las posibilidades elegimos aquello que nos resulta más conocido, más claro y más fácil de asumir. Esto es así porque nuestro cerebro evita salir de su zona de comodidad. Lo nuevo supone un cambio, supone un esfuerzo adicional y nuestro cerebro intenta distraernos para evitarlo. Cuando estamos en modo rutina, nuestro cerebro ahorra energía que utiliza para otros procesos. Si salimos de nuestra zona de comodidad y hemos de integrar situaciones nuevas, necesitamos más energía para ponerla en marcha y ello hace que nuestra cerebro tenga que coordinar mucho mejor para poder hacer frente a todos los procesos abiertos.
Es muy importante que tomemos nuestra decisión desde el presente, tomando como experiencias aquello que nos ocurrió en el pasado y teniendo en mente el futuro, como proyección. ¿Qué es lo que queremos? ¿Cuál es la meta en el futuro? Planificamos en función de nuestra meta, de nuestras proyecciones pero vivimos el presente, y esto es así por varios motivos, el principal es que estamos aquí y ahora, necesitamos actuar ahora aunque las consecuencias se produzcan en un futuro. La segunda razón es que si esperamos a que algo suceda en nuestro futuro estamos introduciendo la incertidumbre en nuestro presente y desde la incertidumbre no podemos caminar hacía delante o si lo hacemos lo haremos mucho más lento que alguien que tiene seguridad, confianza y un objetivo claro. Si tenemos un plan de trabajo que nos lleva a nuestro objetivo y trabajamos en el presente, sin preocuparnos de más allá, si te ocupas y no te preocupas, el fin siempre se alcanza, es un camino lógico. Lo has diseñado, has seguido todos los pasos, has puesto toda tu pasión ¿Por qué no tenía que ocurrir? No hay ninguna razón para ello. Ten fe.
Es muy importante que aprendamos a tomar nuestras decisiones con seguridad y confianza. Si dejamos que otros decidan por nosotros y adoptamos una postura pasiva, no iremos donde nosotros queremos, sino donde otras nos llevan. Ser responsable da seguridad, independencia y autonomía. Es importante dejar atrás el apego a las cosas, a las ideas y a las personas. El apego era importante en la época prehistórica, nuestros antepasados salían a cazar en grupo y aquellos que tenían una figura de referencia que les cubría la espalda tenían muchas más oportunidades de sobrevivir. Debido a las conexiones neuronales generadas, esta idea ha llegado a la actualidad. Desde que nacemos buscamos una figura de referencia. Asimismo sucede con nuestras creencias, si tenemos apego a nuestras creencias las consideramos razones de vida y no las cambiaremos bajo ninguna circunstancia.
Por último, para finalizar, me gustaría dejaros una última reflexión. Si vivimos esperando que nos suceda algo en el futuro y finalmente llega ¿Cómo sabemos que vamos a ser capaces de aprovecharlo si no lo hemos hecho nunca? En algunas cosas, la primera siempre es la mejor, pero, ¿estás seguro que en todas?
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