Cuentan que una vez, los discípulos fueron a visitar a su maestro y comenzaron a contarle que la vida no era fácil, que estaban muy estresados, que no tenían tiempo de hacer nada nuevo, que la vida les llevaba por un camino prediseñado y casi no tenían posibilidad de elección y, así las cosas, sus quejas iban en aumento.
Ante estas quejas, el maestro se levantó, fue a la cocina y preparó una gran recipiente con café, la llevó donde estaban sus alumnos en una bonita bandeja y en ella, puso tazas de todos tipos, de porcelana, de cristal, de madera de olivo y de plástico. El maestro dejó la bandeja encima de la mesa e invitó a sus discípulos a que se sirvieran. Así lo hicieron, todos cogieron las tazas más bonitas y llamativas y se sirvieron el café.
El maestro les dejo saborear su agradable taza de café, suave y humeante y, cuando casi habían terminado, les dijo, fijaos, todos habéis escogido lo más caro, lo más bonito, lo más llamativo, cuando lo realmente importante, no era la taza, sino el café. El continente, la taza, no importaba, el café era de una magnifica calidad y en cualquier recipiente hubiera estado igual de exquisito.
Esto es una metáfora de la vida, le damos más importancia a las cosas superficiales, a ser los mejores, a destacar, a ganar siempre, tanto es así, que no sabemos apreciar las pequeñas cosas que nos regala la vida, el contenido, el café, un beso, una llamada, un paseo, una foto.... Lo que más llena en la vida es saber valorar las pequeñas cosas que la vida nos ofrece y que a veces no disfrutamos porque no lo vemos, no estamos presentes. Así que, a partir de ahora propongo que estemos atentos a todo lo que nos regala la vida.
Os tengo que confesar, que aunque me gusta mucho esta historia, no estoy de acuerdo del todo. A mí, que me encanta el café, y nunca se me ocurriría beberlo en un recipiente de plástico. Os explicaré por qué. En mi mente está la creencia de que la porcelana incrementa el sabor del café. Creo que mi corteza prefrontal tiene asociado el café con la porcelana, para mí, el olor, el sabor, el color, el aroma, lo que me transmite el café, no es lo mismo si el vaso es de cristal que si es de porcelana y mucho menos, si es de plástico. ¿Qué opináis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario