La semana pasada fui a una conferencia del Centro de Innovación Empresarial sobre la morfopsicología aplicada a las ventas y he de confesaros que disfruté de lo lindo.
Descubrí una disciplina no científica que trata de averiguar la personalidad a través de rasgos morfológicos. Como sabéis tenemos 3 cerebros, el reptiliano que se ocupa de nuestra supervivencia, de las cosas materiales como la comida, el sueño, la seguridad... el cerebro límbico que se ocupa de regular las emociones y el neocortex que se encarga de regular los procesos racionales.
Hasta aquí ninguna novedad pero lo que descubrí es que cada parte de nuestro cerebro tiene su reflejo físico en una parte de nuestra morfología, así el cerebro reptiliano está reflejado en nuestra barbilla, si tenemos un mentón prominente significa que estamos muy preocupados por nuestra seguridad y por satisfacer nuestros deseos básicos y materiales. Son personas que siguen su intuición.
El cerebro límbico se corresponde con las mejillas, la nariz y los pómulos. Las personas que tienen esta parte más desarrollada son personas muy empáticas y emocionales. Les gusta disfrutar de las emociones y los argumentos que entienden son los que están relacionados con experiencias y sentidos.
Nuestro neocortex está reflejado en la frente, los ojos y las cejas. Aquellas personas que tienen una frente muy amplía suelen estar enfocados en procesos, son personas muy racionales y que siempre buscan resultados.
Además de la forma del rostro hay otra herramienta que nos ayuda a perfilar más esta teoría y es el marco de la cara y los receptores. Si el marco de la cara es ancho la persona tiene mucha energía, es ágil pensamientos y les gusta tomar decisiones rápidas, en cambio si el marco de la cara es más estrecho es una persona hipersensible que mide mucho sus actos que tiene que pensar mucho antes de tomar una decisión y que si le obligas a decidir pronto se agobia mucho y huye.
Según el conferenciante antes de realizar una operación hay que observar, dejar expresarse a nuestro interlocutor, ver sus rasgos y tener preparados 3 argumentos diferentes para vender nuestro producto. Un argumento intuitivo, otro emocional y el tercero racional. Todos somos diferentes y no podemos utilizar los mismos argumentos para cautivar a diferentes tipos de personas, hay que adaptarse a lo que hemos observado. Hay que individualizar nuestros argumentos en función de la personalidad.
1.- Salud
2.- Ser reconocido por los demás
3.- Llevarse bien con los demás
4.- Poder influir en los demás
Si nos fijamos el número 2, el 3 y el 4 en realidad es, en realidad, el reconocimiento y la autorrealización de la pirámide de Maslow.