El café... ¡qué gran descubrimiento! Ocurren cosas mágicas alrededor de una taza de café, las conversaciones se alargan, los sueños se forjan, los pensamientos se disparan o quizás se detienen y afloran experiencias inolvidables con sabor a café.
Con esta introducción no podía hablaros de otra cosa, nada más que del Café de Florián, ubicado en uno de los lugares más idílicos de Venecia, la plaza de San Marcos, cerca del Gran Canal.
En 1720 el señor Florián tuvo la idea de crear un café en el que pudieran entrar mujeres, un café ubicado en un lugar ideal y con una decoración que invitaba a la desconexión, un café que bautizó con el nombre de "Caffè alla Venezia Trionfante." En muy poco tiempo el café se convirtió en símbolo de la ciudad, allí se reunían nobles, políticos, intelectuales y hasta incluso Giacomo Casanova. Si, cierto, nuestro amigo Casanova aprovechaba que podían entrar mujeres y usando sus grandes habilidades de literato, músico, diplomático e incluso de agente secreto combinado con la belleza de aquel lugar conseguía hacerse inolvidable en la mente de sus acompañantes.
Con el tiempo la gente iba a visitar el Café de Florián de modo que nadie lo conocía cono el nombre que le dio su creador por lo que en 1797 por fin alguien pensó en cambiar el nombre. El café de Florián vivió muchos acontecimientos históricos y sobrevivió a la inundación de Acqua Alta de 1966.
Hoy en día, en el Siglo XXI continua en todo su esplendor y conserva su uso como "café concierto", una piano ameniza nuestro café. Claro que, confieso que tomarse un café en estas circunstancias no tiene precio, en la Plaza San Marcos, con orquesta incluida y viviendo las circunstancias históricas que hicieron del local el más notable de su época. Si vais a Venecia no os podéis perder un café en "Café Florián" es inevitable y un buen recuerdo, y aunque es mucho más barato en barra, no tiene el mismo encanto.
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