La multitarea consiste en hacer varias cosas al mismo tiempo, y con ello, pensamos que estamos siendo más productivos porque tenemos varias tareas en marcha, aunque, en realidad, si no terminamos ninguna, por muchas que tengamos empezadas la productividad es muy baja y nuestro cerebro se cansa muchísimo.
A las personas que practican la multitarea se les conoce como policrónicas, en contraposición a los monocrónicos que son los que hacen una tarea tras otra, sin necesidad de hacer varias cosas a la vez. Se ha demostrado en varios estudios que las personas policrónicas tienen unas características comunes. Por ejemplo, son seres muy sociales con una amplia confianza en si mismos. Son tolerantes al fracaso y resistentes a la crítica, necesitan libertad de acción para sentirse cómodos y se sientes seguros aunque no tengan una estructura fija y en su vida reine la desorganización. Estamos de acuerdo en que todas ellas son características necesarias para una persona activa y emprendedora pero se ha demostrado que no usan sus fortalezas para aumentar la productividad.
Hasta hace poco yo practicaba la multitarea, cambiaba de tarea constantemente, el motivo era que tenía el correo permanentemente abierto y cada vez que entraba una notificación y veía que lo que me pedían se podía resolver en poco tiempo, dejaba lo que estaba haciendo, resolvía el asunto, que, por cierto, a veces se complicaba e implicaba utilizar un poco más de tiempo y volvía a lo que estaba haciendo. Podéis imaginar que la tarea que estaba haciendo, la importante, la prioritaria, la terminaba a última hora de la tarde y después de utilizar unas cuantas horas más de las previstas. ¿Sabéis por qué? Porque hay tareas que repetimos cada vez que empezamos la acción postpuesta.
El investigación Kirchberg y sus colegas, en 2015 hicieron un estudio sobre los estudiantes que practicaban la multitarea y señalaron que, antes de hacer la tarea hay unas conductas antecedentes que consisten en planificar, priorizar y postponer y después de realizar las tareas hay unas conductas consecuentes que consisten en preguntarse, ¿dónde me quedé, qué estaba haciendo, qué materiales estaba utilizando y dónde llegué?
La conclusión de los investigadores fue que debido a la sobrecarga cognitiva estos estudiantes utilizaron mucho más tiempo para terminar sus tareas o bien si las terminaron en el mismo tiempo los resultados fueron mediocres, no alcazaron la excelencia. Es decir, hacer multitarea produce resultados mediocres y tiene unos costes de tiempo, efectividad y, lo más importante, de bienestar emocional.
Y aún sabiéndolo, continuamos haciendo multitarea, ¿cuáles son los motivos?, Los más frecuentes son las interrupciones, como en mi caso del correo o del teléfono. Otras veces es porque la tarea que realizamos no nos resulta placentera e intentamos evadirla aunque sabemos que realizarla es necesario y tarde o temprano tendremos que volver a ella y en otras ocasiones, es simplemente porque tenemos la oportunidad de hacerlo, es el caso de cuando asistimos a una conferencia y constantemente miramos el móvil porque lo tenemos en la mano y tenemos como un tic, o más bien una costumbre de mirarlo constantemente aunque no estés esperando nada importante, claro que ¿y si te lo pierdes? Estas en la conferencia y chateando con alguien, y de repente, te perdiste algo importante y es cuando pones la cabeza de lado y entrecierras los ojos para ver si entiendes el resto.
En resumen, evitar la multitarea es uno de los consejos más eficaces para aumentar la productividad y dar un descanso a tu mente, hay que ir lento, una tarea tras otra y consolidando lo aprendido. Te propongo que esta semana desconectes las notificaciones del correo electrónico durante algún tiempo y durante el mismo tiempo no mires las notificaciones del móvil, si algo urgente sucede te llamarán por teléfono y el resto, puede esperar, como decía mi amigo Ramón, "Lo urgente, mañana lo será más, o...habrá dejado de serlo". Una de las premisas de la vida lenta es que disfrutes de lo que estás haciendo y cómo vas a disfrutar si lo haces deprisa y de forma automática. Te reto a que lo pruebes y me cuentes cómo te ha ido.
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