"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mis inicios con GTD, primer paso: vaciar la cabeza de ideas

Hoy voy a hablaros de una nueva experiencia, hoy, voy a contaros mi primer paso con la nueva técnica de productividad personal Getting Things Done, en adelante GTD. El profesor en el curso nos explicó la importancia de vaciar la cabeza, apuntar todas aquellas cosas que tienes que hacer e ideas que se te vayan ocurriendo en una hoja en papel o en una nota digital, si ya le ganaste la batalla al papel.

Si lo piensas, es una cosa obvia, como casi todas las cosas que vimos en el curso pero que nunca ponemos en marcha por falta de tiempo. Aquello que te contaba el otro día de que a nuestro cerebro le gusta ahorrar energía y por ello seguir haciendo las cosas como siempre, según el patrón aprendido, siguiendo sus rutinas y ello aunque hayas constatado una y otra vez que esa acción concreta no da los resultados esperados. A pesar de ello, seguimos confiando en que haciendo lo mismo algún día el resultado será diferente. 

Reflexionemos, ¿Por qué creéis que es necesario vaciar la cabeza? La respuesta es simple, la memoria a corto plazo es capaz de retener, como máximo un 10% de todo lo que pensamos y como yo te preguntarás, vale Rosa, sólo recordamos un 10% de las cosas, pero ¿Cuáles son las que retenemos?. Nos acordamos, de lo más reciente, de las cosas que te hacen mucha ilusión y en las que concentras tu foco de atención, aquellas que nos hacen fluir y con las que disfrutamos y aquellas que cada día nos llaman para recordarnos si nos acordamos de que algún día dijimos.... uffff, me da terror esta frase, las cosas que dijimos, a los 10 minutos ya no me acuerdo.

Si no vacías tu cabeza y apuntas todo, absolutamente todo, lo que tienes que hacer, pueden pasar dos cosas. La primera es que te olvides de tus objetivos y te dediques exclusivamente a hacer las cosas que tienes en tu memoria a corto plazo para que no se te olviden y entonces te dedicas a apagar fuegos y nunca avanzas en lo realmente importante, en aquello que de verdad te importa.

¿Sabes cuál es la segunda cosa que puede pasar? Imagina que te pones a redactar un propuesta de proyecto de investigación importante, en la que tienes puesta toda tu pasión, estas pensando en las energías renovables, en las piezas que necesitas para construir el prototipo, en el personal que participará, en el presupuesto y de repente, chas!!!, tu cerebro te dice "Rosa, acuérdate que tienes que comprar vino", y paras, te detienes, reflexionas y sin apuntarlo, te dices a ti misma, "Vale tranquila, cuando acabe esto tan emocionante iré a comprarlo" y sigues trabajando pero tu cerebro tiene una lucecita roja que dice "comprar vino, comprar vino, comprar vino..." y no se calla, intentas trabajar en el proyecto pero tienes dos cosas en la cabeza, el proyecto y el vino, y ya sabéis... la multitarea no es productiva. En definitiva, dejas tu proyecto porque ves que no avanzas y te marchas a comprar el vino.

La paradoja está en que cuando la apuntas, como nunca has trabajado así, tu cerebro al principio sigue sin callarse, no te cree, y sigue con su cantaleta hasta que te ganes su confianza porque como ya he dicho muchas veces la confianza se promueve y se genera, hasta contigo mismo.

Así que, yo ya he vaciado mi cabeza, he dado el primer paso, ¿te animas a hacer lo mismo?

Te espero en el próximo post con el segundo paso

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