Foto: Gustave Doré |
Esta mañana, cuando encendí el ordenador, me di cuenta de que google había puesto un doodle de la cenicienta, no sabía muy bien por qué, pero confieso que me sentí satisfecha y orgullosa de conservar en mi memoria todos esos cuentos, con final de magia, que mi abuela me había contado desde años y que disney llevó a la pantalla grande ilusionando a tantos niños.
Cuando llegué a casa, escuché en la radio que hoy se conmemora el 338 aniversario del nacimiento de Charles Perrault y me llamó la atención algunos datos que estaban dando. El primero fue pensar que Charles Perrault estudió derecho y a pesar de su formación como jurista se dedicó a escribir cuentos para niños, o mejor, a darle forma, de una manera singular a las historias populares que se transmitían de forma oral en esta época. Sentí optimismo, porque ya tengo dos ejemplos de juristas que fueron excelentes escritores, Washington Irving, escritor de los cuentos de la Alhambra y otros relatos viajeros y mi protagonista de hoy, Charles Perrault. ¡Menudos escritores!
Pero este no ha sido mi único descubrimiento, mi gran sorpresa ha sido cuando me he enterado que , según la versión de Perrault, Caperucita no fue salvada por el cazador, sino que, dadas las buenas tretas del lobo y la ingenuidad de la niña, ésta, se metió en la cama con el lobo feroz y murió devorada por el animal. ¿Qué locura es esta?. Parece que Charles Perrault quería convencer a las jovencitas de que había que tener cuidado con las personas que se muestran de una manera y son de otra, es decir, nos confunden, no son lo que parecen y... el cuento terminó lleno de sangre. Este no es el cuento que me habían contado a mí, pero, esto no es todo, en el cuento de la Cenicienta, en la versión de Perrault, la madrastra de la cenicienta le corta los dedos a su hija para que le venga el zapato. En el siglo XVII, no hacía falta ponerle final a feliz a los cuentos, las cosas eran como eran y así las contaba Perrault. Pero, ¿Por qué han llegado a nuestros días más dulcificados? En primer lugar, porque los hermanos Grimm unos siglos después se encargaron de dulcificarlos, pero más tarde, los guionistas de disney los terminaron de arreglar.
En mi opinión, creo que si cuando era más pequeña me hubieran dicho que Caperucita moría devorada por el lobo hubiera sido una noticia muy triste, una adorable niña, zampada por un egoísta y zafio animal pero ahora, he sentido un profundo desengaño, el cuento no es cómo nos lo habían contado, y a ti, ¿Cómo te lo contaron?
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