"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

domingo, 3 de febrero de 2019

Escribir ayuda a organizarnos mejor

Escribir y hablar tienden a involucrar habilidades como la organización, la integración y el análisis de problemas con el fin de generar soluciones. Escribir, hablar o pensar sobre un determinado hecho suelen tener resultados impactantes y son técnicas que se utilizan con fines muy diferentes.

 Sabemos que pensar en un hecho nos hace recordarlo, revivirlo y experimentarlo. También sabemos que un tercio de los pensamientos que tenemos al día son repetitivos, no nos damos cuenta pero siempre estamos rumiando sobre lo mismo. Si hemos vivido una experiencia que consideramos negativa se recomienda escribir conscientemente los hechos que nos han sucedido y analizarlos objetivamente, para liberarte de esos pensamientos rumiativos que, finalmente, se convierten en una obsesión, pensamos continuamente en ellos y que hacen que revivamos en nuestra mente la experiencia negativa una y otra vez. 

Plasmar por escrito lo que pensamos se convierte en un forma de liberarnos de estos pensamientos porque nos ayuda a delimitar nuestros conflictos internos, a organizar nuestras ideas y, además, desarrolla la autoconciencia. Escribir es una de las actividades más potentes para despertar nuestra creatividad y para conocernos mejor.

No obstante, si la experiencia ha sido positiva se recomienda pensar sobre ella y regocijarte mientras se la cuentas a tus compañeros, además de crear conexión social, revivimos la experiencia y tenemos el beneficio de volver a sentirnos emocionados.

En mi caso me gusta mucho escribir y lo recomiendo porque es una buena manera de, entre otras cosas, ejercitar la memoria. En el libro "El camino del artista" Julia Cameron propone un ejercicio que a mi me ha resultado muy revelador. Ella habla de la escritura automática, cada día al levantarte empiezas a escribir dos páginas de tu libreta, sin pensar en nada más que rellenar las hojas. Escribes todo lo que te está pasando por la cabeza en ese momento, sin pensar en la estructura del documento, ni en la ortografía, ni en la gramática, ni en nada que te pueda distraer de tu objetivo principal que es liberar tu mente de pensamientos repetitivos. Este día cierras la libreta y cuando pase un tiempo prudencial, por ejemplo un mes, lo lees. Confieso que lo que lees es muy revelador porque puedes identificar patrones de pensamientos que permanecen ocultos y que no ves en tu día a día. Si os apetece probar veréis que el primer día cuesta un poco rellenar las dos hojas pero cuando llevas un par de días lo rellenas casi sin darte cuenta y obtienes un doble beneficio, uno es inmediato y consiste en vaciar tu mente de pensamientos repetitivos y el otro cuando lees lo que has escrito y detectas pensamientos y creencias instalados en ti y que nunca habías percibido.

Os ánimo a que lo probéis durante un tiempo y si queréis profundizar sobre el tema podéis leer el libro de Julia Cameron conocido como la Biblia de la creatividad.

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