
A propósito de la meditación, ayer leía que, en general, todos sabemos que la meditación es muy beneficiosa, entre otras cosas, para fomentar la concentración, regular el torrente sanguíneo y aumentar los niveles de serotonina que, a su vez, hace que estemos de mejor humor y con mayor energía. Todos somos grandes conocedores de los beneficios que nos trae la meditación pero pocos continuamos meditando regularmente, digo continuamos, porque me incluyo. La autora decía que cuando alguien le decía que no era capaz de mantener constante la meditación durante cierto periodo ella siempre preguntaba cuáles eran los beneficios que esperaban obtener de la meditación y si la respuesta era tranquilizarse o liberar el estrés, ya sabía que la meditación no iba a ser continuada en el tiempo porque no era la herramienta apropiada, para liberarse del estrés o para tranquilizarse uno puede ir a la playa, andar, relacionase con otras personas, conversar... cuando uno medita es porque quiere alcanzar la "excelencia" entendida como un conocimiento interior que le ayude a encontrar un apoyo incondicional dentro de si mismo, en su interior, un apoyo que siempre le acompañe y que evita que, si lo tenemos dentro de nosotros, tengamos que buscarlo en las personas que nos rodean y se creen los incómodos apegos. En definitiva, todos necesitamos un apoyo incondicional, si somos capaces de crearlo dentro de nosotros, no tendremos que buscarlo en le exterior y si lo buscamos en el exterior corremos el riesgo de crear dependencias.
Todo esto os lo contaba porque hoy leí que escribir a mano estimula la actividad cerebral y ayuda al desarrollo personal, cognitivo y motriz. La explicación es que al escribir a mano se estimulan tres áreas del cerebro relacionadas con la creatividad y la memoria, además, estas zonas se activan de manera que manos y cerebro crean una relación que nos permite memorizar de forma efectiva porque intensificamos nuestra capacidad de concentración, potencian nuestra atención y nuestra memoria. De pequeña siempre dibujaba para acordarme de las cosas y, aunque dibujo bastante mal, muchos compañeros me pedían los apuntes porque les ayudaban a incrementar su curiosidad y, por lo tanto, a aprender.
Bajemos a tierra lo que os he explicado, te propongo un desafío, extraído del libro "La ciencia del lenguaje positivo", Coge una libreta, reflexiona y escribe sobre un día maravilloso en tu vida. Aquí comienza el silencio de la escritura, la fase mágica de transformar los pensamientos en palabras y materializar un recuerdo, plasmarlo sobre papel ¿ya lo tienes? Yo ya hice el mío y fue muy útil.
En el próximo post te contaré mi recuerdo y te diré cómo funciona el ejercicio. te dejo unos minutos para que lo hagas, pero recuerda ha de ser manuscrito.
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