Hoy os voy a hablar de un elemento que juega un papel muy importante en la comunicación no verbal, es la tensión con que movemos nuestro cuerpo, de hecho, un mismo gesto puede significar varias cosas dependiendo de la tensión con lo que lo ejecutemos, de menor a mayor tensión, voy a hablaros de las caricias, las fijaciones, los picores y la presión fuerte.
En primer lugar tenemos las caricias, significan ausencia de tensión, deslizo mi mano por la rodilla, por la cabeza , por mi antebrazo es un gesto que hago sin darme cuenta e implica que estoy cómoda, satisfecha, estoy en una situación de bienestar que no quiero que pase pronto y que intento mantener.
Si en la misma situación pongo un poco de presión en mi gesto y deslizo mi mano pero apretando, poniendo un poco de fijación en el hecho. Es esas veces que sin darte la cuenta te pones la pierna roja e incluso, a veces levantas un poco de piel, significa que estás reflexionando, estás centrando tu atención en algo que te preocupa y que intentas resolver de forma creativa, es como cuando juegas con el pelo poniendo un poco de tensión, como si intentaras alisar el pelo, la ropa o la piel... o lo que se ponga por delante, intentas allanar el camino, no estás totalmente incómodo pero hay algo que te empieza a preocupar.
Vale, ahora ya empiezan los picores, la situación se va complicando, empezamos a sentirnos incómodos. he de confesaros que los picores en sí, son todo un mundo, depende de la parte que te pique, nos da pistas sobre lo que no está pasando. Esto lo dejaré para otro post y hoy me centraré en los picores en general. Si empieza a picarnos significa que hay algo que nos molesta o que no estamos de acuerdo con el tema que se está tratando, hay un desacuerdo entre lo que se dice en la conversación y lo que nosotros pensamos. De modo que, si en una negociación nuestro interlocutor empieza a rascarse, si queremos llegar a un acuerdo, no vamos por el buen camino. Además si la combinamos con la posición en que se rasca, ya sabéis, si se rasca hacía afuera quiera tirar de su vida algo que no le gusta, en cambio si se rasca hacía adentro, está intentando incorporarlo aunque nos sea totalmente de su agrado.
En última fase pasamos a ejercer presión con las manos en alguna parte de nuestro cuerpo, incluso puede ser unir las manos con fuerza y presión, o nos cogemos el antebrazo o la pierna. Significa que hay mucha tensión, rechazamos de raíz la idea y estamos apunto de cerrar el tema. Esto ocurre también cuando nos acomodamos la ropa, en este caso concreto cuando nos enganchamos, literalmente, de la cintura de la falda o el pantalón y le pegamos un tirón, con nuestro gesto estamos diciendo, hasta aquí hemos llegado, no se hable más y punto, pues si señor, tengo que soportar yo a este individuo. ;D Ya sabéis que no soy experta pero me gusta el tema, es mi imaginación la que habla, esto es lo que diría yo si me pusiera bien la falda y punto.
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