Hoy he leído un artículo de investigación sobre qué consecuencias tiene en nuestra salud las decisiones que tomamos cuando nos sentimos agraviados. Normalmente cuando nos hacen algo que consideramos un verdadero agravio tenemos que tomar una decisión al respecto y solo caben tres opciones: perdón, evitación o venganza.
En la Universidad de Macquare, Australia, utilizaron un grupo de 135 personas y los dividieron en tres grupos. Les pidieron que pensaran en una situación en la que se sintieron realmente traicionados y en cuáles eran los sentimientos que le generaba pensar en esta situación.
Después a cada uno de los grupos les pusieron un audio, en el primero de ellos les recomendaban el perdón, en el segundo evitar la situación o ignorarla y en el tercero la venganza. A la vez los investigadores midieron al actividad cerebral de los tres grupos y observaron que mientras que el perdón y la evitación tenían efectos similares la venganza generaba ansiedad y estrés.
Los investigadores concluyeron que el perdón es un acto de transformación que a largo plazo mejora la salud física y mental y ayuda a calmar la ansiedad y recomendaron que ante este tipo de situaciones lo ideal es la evitación a corto plazo y una vez se ha cogido distancia, utilizar el perdón para lograr plenitud y armonía.
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