Esta semana he descubierto un curso sobre comunicación mediante imágenes, se hace real aquello que se ha dicho siempre "una imagen vale más que mil palabras", pero gracias a este curso estoy aprendiendo que no siempre es así, ya sabéis, las generalizaciones no siempre dan buenos resultados.
Hace algún tiempo leí el libro Pensamiento visual del autor David Sibbet, es un libro excepcional en el tema de gráficos y mapas de ideas, nos explica con todo lujo de detalles como la mente interpreta las imágenes y nos proporciona herramientas para mejorar nuestra capacidad natural de comunicarnos visualmente. Como siempre hay unos impulsores del cambio que nos hacen cambiar de forma de trabajar para lograr un mayor impacto.
Aunque el curso lo empecé ayer estoy empezando a vivir una experiencia fascinante, ¿os acordáis de los años de la infancia, cuándo con una caja de colores éramos felices y pintábamos todo lo que se pusiera por delante? Bueno, pues el curso es similar pero la herramienta es distinta, aquí usamos el ordenador, la cámara de fotos, las redes sociales...
En el proceso de comunicación hay que tener presente que cuando explicas algo con palabras puedes recrearte en aquella parte que intuyas que es más difícil de comprender pero cuando te comunicas con imágenes, las imágenes deben contar su propia historia, tienen que tener vida y para ello tenemos que tener en cuenta varias cosas. Una de las más importantes es que solemos interpretar las imágenes por asociación. Debemos partir de que todos somos diferentes y que cada uno de nosotros tiene unas experiencias previas y unos sesgos culturales que aplicamos a la hora de interpretar lo que vemos. No podemos estar corrigiendo continuamente las malas interpretaciones de las imágenes por lo que cuando las elaboramos tenemos que pensar que tienen que adaptarse a un público amplio.
En este sentido, una de las estrategias que mejor funciona es utilizar las metáforas gráficas o la analogía con algo que conozcamos bien. Gran parte de nuestro pensamiento y del pensamiento de los grupos se basa en analogías, es más, el 80% del pensamiento estratégico se hace a partir de analogías. Este dato nos hace pensar lo poderosa que puede resultar la analogía pero hemos de tener en cuenta que para que funcione la tenemos que comprender.
David Sibbet pone como ejemplo de analogía visualizar una empresa como un jardín y dibujar las relaciones fructíferas como árboles frutales, algunas relaciones son decorativas, otras efímeras y no duran mucho, como por ejemplo las hortalizas. Incluso la altura o la frondosidad de los árboles puede indicar cuántos años durará la relación. Con algo tan sencillo y conocido por todos podemos explicar las diferentes relaciones de una empresa con un solo mapa.
Como os he dicho, acabo de empezar a leer cosas sobre este tema pero creo que va a ser un curso muy interesante, y de los que dejan huella. Ahora he empezado mis primeras relaciones con la semiótica y parece que van a ser duraderas. La próxima semana os contaré los avances y tal vez no necesite tantas palabras.
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