La comunicación no verbal ha sido importante desde tiempos de Aristóteles. En aquella época, ya insistían en la importancia de la posición del cuerpo en la oratoria y enseñaban que la postura mientras hablábamos decía mucho sobre nosotros y que incluso tenía más valor que el lenguaje verbal, ya que, la comunicación no verbal es inconsciente, por lo que se le da mucho más valor que a las palabras. Muchos años después, Darwin, también inició un ensayo sobre el comportamiento de las personales y los animales y su modo de comunicar.
La comunicación no verbal está compuesta de los gestos, la entonación, la cadencia de la voz, el ritmo y sobretodo de la posición corporal.
Los investigadores del lenguaje no verbal hicieron un estudio de las personas que se habían reunido en un sitio público con el fin de disfrutar o participar de un desfile. Parte de las personas estaban integradas dentro de un grupo y esperando la señal para desfilar, en cambio otras estaban en las periferias esperando a que el desfile pasara. La posición corporal de las personas que no estaban integradas dentro del grupo era similar, apoyados en una sola pierna, muchas veces las manos en jarra, apoyadas en la cintura y la cabeza ligeramente inclinada hacía atrás.
Por otra parte, las personas que estaban dentro de un grupo, esperando para desfilar, se sentían mucho más confiadas, esperaban apoyados en los dos pies, no tan tensos como los primeros, y la cabeza ladeada hacía un lado, es decir más receptivos a las circunstancias.
En otro experimento, se estudió a las personas que habían acudido a un debate, a una mesa redonda entre dos candidatos. Se analizó la postura del público y basándose en ello, los investigadores pudieron descifrar que personas estaban a favor de un candidato y cuáles a favor del otro. Los investigadores observaron que el público imitaba, ligeramente, la postura del candidato al cual seguían y que si éste acomodaba la postura, el resto de personas seguidoras la acomodaba también, en en un tiempo prudencial.
Pero no sólo esto, hace unos días tuve la suerte de asistir al seminario "Desata tu potencial" de Juan Planes y allí nos propusieron una dinámica sobre la comunicación no verbal. Habíamos más de 300 personas en la sala y la a mitad de nosotros nos dijeron que saliéramos fuera y esperáramos a ser llamados.
A la otra mitad, se le dio instrucciones, teníamos que conversar sobre la eutanasia. La mitad de la sala tenían que estar de acuerdo verbalmente con la postura de la persona que había salido pero tenían que evitar mirarla a los ojos, se debían sentar en una posición poco apropiada, se tenían que mostrar nerviosos e inquietos y además tenían que intentar cambiar de tema a la más mínima oportunidad.
A la otra mitad de la sala, les dijeron que tenían que mantener la postura contraria a la de la persona que había salido pero debían ser muy correctos, mirarla a los ojos y hacerla sentir la persona más importante del mundo, asimismo, debían imitar ligeramente y sin que el otro se diera cuenta la postura corporal de la persona que había salido.
Hicimos la dinámica durante tres minutos y después nos dieron un papel para que indicáramos que nos había parecido la persona que había conversado con nosotros.
La mitad que verbalmente esta en desacuerdo pero que adoptaba una postura corporal correcta fueron calificados de buenas personas, inteligentes, sensibles, estupendos, maravillosos, buenos comunicadores...
En cambio, la otra mitad, la que verbalmente estaba de acuerdo con la postura mantenida por el que había salido pero la actitud era poco ortodoxa, fue tachada de insensibles, orgullosos, hipócritas y prepotentes.
Fijaros, en sólo tres minutos, y sin tener en cuenta si estaba de acuerdo o no verbalmente con el tema de la eutanasia, nos habíamos hecho una idea de la personalidad de la persona que acabábamos de conocer y que durante solo tres minutos había conversado con nosotros.
Bastan sólo dos segundos para llevarnos una primera impresión de una persona, después podemos modificar la opinión pero muy pocas veces cambiamos nuestra primera impresión porque para ello debemos hacer un esfuerzo y salir de nuestro patrón de conducta que hemos creado desde hace muchísimos años y que nos resulta cómodo.
Ya sabéis, hay que cuidar la comunicación no verbal, en otro post, os contaré investigaciones hechas por sociólogos sobre cómo se forma la primera impresión cuando conoces a una persona nueva y los patrones de conducta que se ponen en marcha.
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