"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

martes, 15 de marzo de 2016

Cómo funciona el sesgo de negatividad

Hoy quisiera contaros una cosa que me parece muy curiosa y a la vez interesante porque si la comprendes y la tienes en cuenta, el sesgo de la negatividad, que en principio todos tenemos, desaparece.

Muchos os preguntaréis qué es el sesgo de la negatividad y la verdad es que un término curioso. Esta estudiado que los humanas observamos tan solo 1 cosa positiva por cada 7 negativas que nos suceden. Si, tendemos a recordar con más facilidad las cosas desagradables. Un investigador dijo "El cerebro humano es velcro para las experiencias negativas y teflón para las positivas". Así es, pero tiene una explicación, en la edad antigua, cuando el ser humano estaba en la selva y escuchaba un ruido extraño era más valioso salir corriendo, por si era un león, que esperar a ver qué era lo que había ocasionado ese ruido.

Nuestro cerebro ha evolucionado pero muchas cosas se conservan y ello es porque en nuestro cerebro opera la neuroplasticidad, es decir, se va adaptando a las circunstancias. Las neuronas van creando nuevos caminos y reforzando creencias o debilitándolas en función de las experiencias. Así las cosas cuando observamos algo que no nos gusta tendemos a reaccionar negativamente. Por desgracia esta sensación tiende a reforzar nuestra ira o rabia y se consolidad en circuitos neuronales. Es decir, contra más nos enfadamos más reforzamos nuestras neuronas para el enfado, más predispuestos estamos a enfadarnos y más fácilmente lo hacemos. ¿os habéis dado cuenta alguna vez? ¿No os ha sucedido nunca que el día que estáis enfadados lo estáis con el mundo en general o estáis más propensos a enfadaros? Esto es porque el sesgo de la negatividad se ve reforzado.

La buena noticia es que también podemos debilitarlo y es fácil hacerlo. Sólo hay que fijar la atención en las cosas positivas y reforzar este circuito neuronal. Os confieso que solo es práctica, ¿no os ha sucedido nunca que cuando os rompéis un brazo os fijáis que hay mucha gente con brazos rotos? Es porque antes no habías pensado en ello y nunca habíamos reparado que eso estaba allí porque nuestro cerebro obviaba esta información para ahorrar recursos. Nos fijamos en aquello que observamos o que nos interesa. Cuando nos fijamos en lo positivo se vuelve nuestra segunda naturaleza y se refuerza un nuevo hábito. 

Me gustaría acabar este post proponiendo un ejercicio. Cada día, al acostarte, piensa en tres cosas positivas que te hayan sucedido en el día. Confieso que al principio cuesta pero cada vez es más fácil identificarlas y el hecho de recordarlas te ayuda a pasarlas a la memoria de largo plazo por lo que las disfrutas con más intensidad.  Cuando suceda algo de forma distinta a como habías pensado piensa ¿puedo aprender algo nuevo de esta situación ¿Qué puede aportarme?.

Me gustaría terminar recordando a mi abuela Rosario que siempre decía "lo que pasa conviene" y así es, al principio parece resignación o aceptación de lo que sucede pero no es así, aquello vivido como un hecho aislado puede parecer negativo en un momento dado pero unido a otros hechos posteriores resulta que el final siempre te aporta algo positivo. 

Si te ha gustado este post, quizás también te guste este otro:
http://saraialba.blogspot.com.es/2016/02/en-busca-de-la-felicidad.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario