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Hace algunos años reformé el baño de la habitación principal y lo dejo precioso. Puse una ducha de gresite, de un color azul mar que daban ganas de ducharse a cada hora. Con el tiempo empezaron a salir unas manchas azulaceas sobre las juntas y no había manera de deshacerse de ellas. ¿Cuál pensáis que fue la forma más fácil de hacerlo? Lo habéis acertado, la fuerza bruta. Si, lo confieso, fui poco inteligente y recurrí al salfumant y a otros productos químicos que lo dejaban impecable.
Pensaba que el problema estaba solucionado, cada vez que saliera una mancha, yo ya estaba equipada con mi kit prodigioso para dejarlo todo listo en unos minutos. Después de utilizarlo tres o cuatro veces, los azulejos empezarán a saltar, el producto era tan bueno que se comía el cemento. Ahora tenía dos problemas, una que salían manchas y la otra que al solucionar un problema surgía otro. ¡Qué pesadilla!
Cansada de todo esto, un día que andaba por la calle y entre en una tienda de reformas que acababan de abrir en el barrio. Me pareció gente de confianza y vinieron a darme un presupuesto. El hombre me explicó verbalmente el presupuesto, pero además, me lo dio por escrito. Me fui a casa, lo leí detenidamente y vi lo que aquello que el hombre me había explicado, estaba allí, bien escrito, bien detallado, bien clarito. Sólo me faltaba concretar las fechas. Mi idea inicial fue hacerlo después de las fiestas, por la experiencia de que las obras siempre se alargan, pero el señor me dijo que en un día o dos estaba listo.
Ahora os cuento la parte interesante, yo leí lo que creía que ponía y no lo que había escrito realmente. ¿Cuándo me di cuenta que ponía otra cosa? Cuando empecé a ver cosas que no cuadraban. El primer día el señor dijo que vendría a las nueve de la mañana, llamé a un familiar para que pudiera abrirle la puerta y a las 12:00 del mediodía no había venido nadie. Intenté averiguar que pasaba y la respuesta fue que le había surgido un imprevisto. Más tarde me enteré que el imprevisto era que tenía una revisión de la vista a las 9:30. ¿Se puede llamar imprevisto a una cita que te dan con más de un mes de antelación?. Aquí empezó a perderse la relación de confianza. Pues bien, a día de hoy llevamos cuatro días con la obra y no parece que vaya a acabar, siempre viene muy tarde y siempre entra diciendo "Disculpe señora pero hoy he tenido un mal día". Yo reflexiono y pienso ¿se puede tener un mal día todos los días? Se ha creado un pequeño conflicto y si lo analizo veo dos factores que han influido mucho:
1.- Yo leí en el presupuesto lo que él me explicó y no lo que realmente ponía porque era una relación basada en la confianza, y por lo tanto no tenía ninguna razón para dudar del señor.
2.- El señor planifica muy mal y por ello todos los días tiene imprevistos. Se compromete con más cosas de las que puede y cuando no puede atender a todo dice "Disculpe señora..." y cree que recupera la confianza. ¿Se puede llamar imprevistos a cosas que tenías previstas?
Esta historia que os cuento me ha enseñado una lección, o dos, si cabe. Como dice Sergio Fernández, todo lo que nos pasa tiene un lado positivo sólo hay que buscarlo y os prometo que, pese a mi disgusto, lo encontré. Ves lo que quieres ver, escuchas lo que quieres escuchar y creas lo que crees. Así que utilicemoslo a nuestro favor. Veamos siempre la parte positiva de nuestros actos y visualicemos el triunfo, nuestros sueños y nuestros deseos. Si lo haces ya tienes parte del camino hecho.
La segunda lección que extraigo es que la vida simple, sencilla y minimalista es la mejor. No se trata de no hacer nada, pero si de simplificar y hacer una cosa detrás de la otra, subiéndonos al vagón de la vida lenta y asimilando y disfrutando cada uno de nuestros triunfos.
Alguien podría pensar que esto es válido si no eres autónomo y tienes que trabajar para ganar dinero pero, qué publicidad creéis que voy a dar yo de este hombre, desde luego no lo recomendaré a nadie y si alguien me pregunta, no me gusta criticar, pero les contaré mi experiencia por lo que, en mi opinión, está perdiendo clientes, sólo podrá trabajar para desconocidos que, como yo, crean en el valor de la confianza, Ya sabéis, menos es más.
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