Hoy os quiero contar que estos días estoy trabajando sobre el tema de la productividad y la mentalidad productiva. Siempre había pensado que hacer muchas cosas y estar todo el día ocupada era ser productiva y nada más lejos de la realidad. Hacer muchas cosas nos mantiene vagando sin rumbo, sin sentido, nos aleja de la reflexión y en nuestro afán masivo por hacer no aportamos nada a nuestro entorno, nos dedicamos a la urgente y nos olvidamos de lo importante.
Una de las cosas que mas me impactó cuando estaba leyendo sobre este tema es saber que en un mundo en movimiento es imposible no hacer nada, siempre estamos haciendo algo aunque inconscientemente pensemos que no. Cuando duermes estás haciendo algo, cuando meditas estás haciendo algo, cuando trabajas estás haciendo algo, es imposible no hacer nada, lo interesante es que aquello que hagas te acerque a tu objetivo, que inviertas tu energía en aquello que de verdad te acerca a tu propósito de vida pero para hacerlo así lo primero que hay que tener claro cuál es tu propósito de vida. Todos tenemos un mensaje que contar, todos tenemos algo que aportar al mundo, solo hay que preparar nuestro mensaje y comunicarlo de la mejor manera posible. Conecta siempre todos tus hábitos con tu propósito mayor y camina hacía tu meta de forma segura y consciente.
El primer paso para empezar a ser productivo es simplificar tu vida, reflexionar sobre aquellas cosas que haces y que te aportan valor y aquellos que no te aportan nada ni a ti ni a tu entorno. Es importante saber decir no de forma empática o asertiva a todo aquello que no te lleva a tu objetivo salvo que sea una actividad que te ayuda a alcanzar el equilibrio entre los 4 planos.
Nuestros pensamientos nos ayudan a tomar las mejores decisiones pero para ello hay que tener claro cuál es el criterio y lo veremos mucho más claro si simplificas tu vida. En el próximo post os hablaré sobre la forma en que nuestro cerebro toma las decisiones y de la teoría del iceberg de Hemingway. Me encanta esta teoría y creo que en relación con la pirámide de Maslow tiene mucho potencial.
Os propongo un ejercicio, si os apetece, podéis hacer dos listas, una primera lista de aquellas cosas que nos aportan valor y que merece la pena hacer y otra lista de todo aquello que hacemos y que no merece la pena hacer o que tenemos pendiente y no hacemos nunca. Elimina cosas de esta última lista, simplifica, porque, aunque creas que no, nuestra mente se dispersa si tiene en el inconsciente cosas pendientes de hacer.
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