Ayer os contaba que la marca personal es un resultado y como siempre me gustaría señalar que los resultados vienen solos si recorremos el camino tal y como lo teníamos planeado. Si hago lo tengo que hacer para conseguir algo el resultado inevitable será lo que yo esperaba porque no me he apartado de mi plan y he seguido cada una de sus previsiones. Se trata de disfrutar del camino y ser consciente de ello.
Aquí me gustaría recordar una parte del mito de la caverna de Platón, imaginaos una mano que hace sombra en el suelo, la sombra es el resultado inevitable de la mano. Si quiero cambiar la sombra es inútil que haga un esfuerzo sobrehumano por moverla, si intento mover la sombra me cansaré de esforzarme y no conseguiré nada excepto la frustración. En cambio si me enfoco en mover la mano el resultado es mucho más fácil y con menor esfuerzo. En resumen, no puedo esforzarme en cambiar los resultados si previamente no cambio el proceso.
Recordar que os conté que el impacto o la huella en los demás es el resultado de trabajar en tres sólidos pilares: el autoconocimiento, la estrategia y la comunicación.
Ayer os decía que el primer pilar y el más básico es el autoconocimiento, si no sabes lo que quieres difícilmente podrás trazar una estrategia y mucho menos comunicarla
Hoy vamos a basarnos en el pilar del autoconocimiento. El primer paso es saber cuál es mi propuesta de mi valor, ¿En qué soy buena? ¿Qué es lo que voy a ofrecer? ¿Qué beneficios va a obtener mi público?
Es importante no confundir la propuesta de valor o el concepto que vendo con los valores que me definen y que voy a utilizar para conseguir mis resultados. Estamos de acuerdo que los valores son muy importantes pero acompañan al propósito y sirven para trazar el cómo voy a llevar a cabo mis acciones para conseguir mi objetivo.
Si os fijáis estamos vinculando dos conceptos la felicidad y el éxito. Piensa en el éxito, el éxito es algo subjetivo, es conseguir aquello que deseo, pero primero tengo que saber qué es lo que deseo, es algo tangible.
El primer ejercicio consiste en pensar cuál es tu objetivo, qué quieres conseguir y definirlo de manera breve, sencilla y sin exceso de información, que en estos momentos quizás me confunde. Una vez tengas claro que persigues, cuál es tu objetivo, tienes que pensar en por qué quieres conseguirlo ya que ello incide en la motivación y por lo tanto en la persistencia.
Una vez tenemos definido cuál es nuestro objetivo, el segundo ejercicio consiste en ver cuál es nuestra propuesta de valor, ¿Qué nos diferencia del resto? ¿Con qué quiero que me relacionen cuando oigan mi nombre? Por ejemplo, siempre he trabajado en la gestión de I+D+i y he intentado especializarme en ello pero ahora he descubierto que me gusta mucho la cultura y los eventos relacionadas con ella, por este motivo mi propuesta de valor es "Gestión de los eventos relacionados con la cultura".
La segunda parte de este ejercicio consiste en pensar ¿Qué ofrezco a aquellas personas que confíen en mí para gestionar sus eventos o gestionar sus ayudas públicas? Lo que ofreces tendría que estar relacionada con las tres características o conceptos que hoy en día mueven a la mayoría de las personas, conceptos muy relacionados con la pirámide de Maslow y que son el dinero, la salud o el bienestar. En mi caso lo que ofrezco es tranquilidad porque no vas a tener que ocuparte de la burocracia para llevar a cabo tu idea ya que voy a ocuparme de conseguir la financiación y organizar el evento y además lo voy a hacer de una manera diferenciada porque los valores que me definen son flexibilidad, innovación, apertura, proximidad y confianza. Trabajar la confianza es esencial, tus colaboradores, tu mercado, buscan entre otras cosas estar seguros porque la incertidumbre produce estrés.
Considero que los valores son muy necesarios porque por un lado te ayudan a poner límites y por otro te diferencian de los demás. Relacionado con este punto me gustaría remarcar una frase de Ortega y Gasset que dice "A todos nos piden que no seamos cobardes pero a muy pocos nos piden que seamos valientes". A la gente le gusta asociarse con gente que tiene valores similares porque sienten una implicación, una complicidad, es una idea clara, los valores similares unen.
En resumen, para empezar con el primer pilar, el autoconocimiento debes saber:
Primero.- Cuál es tu objetivo, qué quieres conseguir y por qué. Coge una libreta, apuntalo y tenlo siempre presente.
Segundo.- ¿Cuál es tu propuesta de valor? ¿Qué vas a aportar a la sociedad o a aquellas personas que quieran relacionarse contigo y adquirir tus producto o servicio?
Tercero.- ¿ Cuáles son los valores que vas a aplicar para conseguir tu objetivo? Tienen que ser valores que te definan, que estén dentro de ti, que los tengas interiorizados y que sean algo natural.
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