Leyendo el capítulo XIV de "El Principito" no pude evitar recordar las enseñanzas del movimiento slow, sabias enseñanzas, disfruta del tiempo, vive cada instante y se leal siempre a tus deseos.
"El quinto planeta era muy extraño. Era el mas pequeño de todos. Había apenas lugar para alojar un farol y un farolero.
- Buenos días, ¿por qué acabas de apagar el farol?
- Es la consigna. Buenos días
- ¿Qué es la consigna?
- Apagar el farol. Buenas noches.
- Pero ¿por qué acabas de encerderlo?
- Es la consigna
- Tengo un oficio terrible. Antes era razonable. Apagaba por la mañana y encendía por la noche. Tenía el resto del día para descansar y el resto de la noche para dormir.
- Y después de esa época, ¿la consigna cambió?
- la consigna no ha cambiado. ¡Ahí está el drama! De año en año el planeta gira más rápido y la consigna no ha cambiado.
- ¿Entonces?- Dijo el principito.
- Entonces, ahora da una vuelta por minuto, no tengo un segundo de descanso. Enciendo y apago una vez por minuto".
La consigna no ha cambiado, el día sigue teniendo 24 horas pero ca da vez queremos hacer más cosas en este tiempo, de forma que vamos incrementando la velocidad con la que hacemos las cosas. Las hacemos por lealtad, porque estamos acostumbrados y porque hay que hacerlas... pero no nos paramos a disfrutar de un buen momento, centrados en el momento actual, en lo que estamos haciendo justo ahora.
Pensamos en el futuro, en el tiempo que nos queda y en las cosas que aún tenemos que hacer y nos olvidamos del aquí y el ahora, de disfrutar cocinando, limpiando, compartiendo con los amigos un buen partido de paddel o una buena conversación en familia.
Vamos tan corriendo que cuando llega el momento de dormir no podemos concentrarnos, repasamos lo que hemos hecho durante el día y lo mucho que nos queda por hacer. Hacemos como el farolero del principito, fiel a nuestros principios corremos, corremos y corremos para no llegar nunca al sitio que queremos porque el futuro siempre está lejos, nunca llegamos a él y mientras se nos escapa el presente.
Este fin de semana he estado en un sitio emblemático en la Comunidad Valenciana, el Molino de Galán, un lugar idílico en la naturaleza, que invita a disfrutar del presente, de cada momento, de cada instante, y gozar de la naturaleza observando a los animales y aprendiendo a soñar.
Os invito a conocerlo.
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