Como os conté el otro día, estoy leyendo el libro "The Culture Map" de Erín Mayer. Siempre he sentido curiosidad por saber cómo tratar las diversidad cultural en los diferentes entornos y os ánimo a leer este libro porque es una verdadera joya que ofrece datos, anécdotas y consejos prácticos que no os podéis perder.
Vivimos en un mundo global y en
este contexto, la habilidad de adaptarse a las diversas culturas es una
destreza esencial. Erín Meyer nos enseña cómo las diferencias
culturales influyen en la forma de liderazgo que ejercemos
En este artículo nos enfocamos en una herramienta clave: la "Escala de Jerarquía". Esta escala es
una brújula cultural que revela las preferencias en términos de liderazgo. La posición de una cultura en esta escala afecta las
dinámicas de equipo y la toma de decisiones, proporcionando una hoja de ruta
esencial para los que buscan adaptarse en un mundo empresarial diverso
y dinámico.
Erin Meyer muestra las
diferencias entre el liderazgo igualitario y el jerárquico. Mientras que en un liderazgo igualitario, los problemas en
un equipo tienden a abordarse de manera colaborativa y participativa, fomentando
la toma de decisiones colectivas, en un liderazgo jerárquico, la resolución de
problemas se orienta más hacia la toma de decisiones centralizada por parte de
la figura de autoridad principal.
Lo más curioso de este capítulo es
la figura 4.1, que ofrece una perspectiva detallada sobre el tipo de liderazgo
en cada país. En la esquina izquierda, encontramos naciones que adoptan un
liderazgo igualitario, como Dinamarca, Suiza, Holanda y Australia, mientras que
en la parte derecha se sitúan aquellos que favorecen el liderazgo jerárquico,
como Japón, Corea y Nigeria. Lo sorprendente es descubrir que España se
posiciona más hacia la izquierda, en proximidad a las naciones con liderazgo
jerárquico, compartiendo este rasgo con Francia e Italia.
También me ha sorprendido la
figura 4. 2 en la que se hace una encuesta con la siguiente pregunta ¿Es importante
que el líder sepa responder a la mayoría de las preguntas que le hacen sus colaboradores? Resulta sorprendente observar que un significativo 55 % de los
italianos considera esto esencial, en marcado contraste con el 7 % en Suiza. En
el caso de España, esta cifra asciende casi al 60 %. ¿Pensáis que el líder
debería contar con respuestas inmediatas para la mayoría de las preguntas
planteadas por sus colaboradores?
Esta pregunta figuraba en una
investigación que realizó André Laurent, profesor emérito de la Escuela de
Administración de Empresas de la Universidad de Stanford. Su trabajo se centró
en temas como la gestión internacional, la gestión de recursos humanos y la
cultura organizacional.
Para interpretar las respuestas el experto se basa en datos históricos;
La primera pista se basa en la
historia del Imperio Romano. Los romanos erigieron estructuras sociales y
políticas altamente jerárquicas, así como sistemas centralizados para gestionar
su vasto imperio. Los límites entre las distintas clases eran rigurosos,
llegando al punto de que los miembros de cada clase vestían de manera distinta.
Solo al emperador se le permitía llevar una toga púrpura; los senadores, por su
parte, usaban togas blancas con una franja ancha púrpura a lo largo del borde, La diferencia social resultaba
evidente a simple vista. En este sentido, podemos destacar como primer punto
histórico que los países que estuvieron bajo la influencia del Imperio Romano,
como España, Italia y Francia, tienden a ser más jerárquicos que el resto de
Europa occidental.
La segunda pista se centra en los
vikingos. Cuando se piensa en los vikingos, es común imaginar a hombres
musculosos y robustos, con largos bigotes de morsa, luciendo sombreros
adornados con cuernos, navegando en imponentes barcos y empuñando espadas
ensangrentadas. Lo que tal vez no se conozca tanto es que los vikingos eran
sorprendentemente igualitarios. Invitaban a toda la comunidad a participar en
discusiones sobre temas importantes, y a menudo resultaba difícil identificar
al líder en esta sociedad. Todos los países influidos por la cultura vikinga
adoptaron un estilo de liderazgo igualitario. Países como Noruega, Finlandia,
Suecia… tienden a un liderazgo más igualitario.
En el caso de países asiáticos, como por ejemplo, China están influidos por la filosofía de Confucio donde los mayores siempre tenían una posición dominante frente a los más jóvenes. Es común que a los niños en la familia se les llame por su posición en la estructura familiar y no por su nombre. De esta forma se aseguraba que todos conocían cuál era su posición dentro de la familia. La filosofía de Confucio, caracterizada por una perspectiva paternalista, ha dejado una profunda huella en las culturas asiáticas.
En este viaje por las huellas
culturales, hemos descubierto que España, aunque cercana a la tradición jerárquica,
también comparte características igualitarias, destacando la complejidad de las
influencias en la concepción de liderazgo en un país. La investigación de André
Laurent y sus pistas históricas nos ofrecen una ventana a la comprensión de
estas dinámicas, donde la gestión de la diversidad cultural en el ámbito
empresarial se convierte en una habilidad crucial para el éxito en un mundo
globalizado.
Así pues, ¿qué opináis? ¿Debería un líder tener respuestas inmediatas para la mayoría de las preguntas planteadas por sus colaboradores? ¿O creéis en un enfoque más colaborativo y participativo? ¡Os leo en los comentarios!
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