Hola a todos, hoy estoy de regreso después de unos días de vacaciones, tengo ganas de escribir sobre mi viaje a la Sierra de Aracena, pero no sé si por contar lo que hice o más bien para que me sirva de recuerdo porque ha sido un viaje precioso, estos días pensaba cuál puede haber sido el motivo para que este viaje haya sido tan especial y he llegado a la conclusión de que ha sido una forma de viajar "diferente".
Me he alojado en un pequeño hotel rural situado en plena Sierra de Aracena, en mitad del monte, literalmente y con unas vistas increíbles.
Os tengo que confesar que el día que llegué, después de más de 7 horas de viaje y vi un senderito de tierra que conducía al hotel se me cayó el alma a los pies y pensé que salir por la mañana iba a ser un suplicio. Nada más lejos de la realidad. Es un lugar muy acogedor, con una terraza bajo un castaño espectacular que hacía muy amenas mis lecturas en las tardes y una piscina rodeada de naturaleza y aves. Solo observando las ves podía pasar horas, con el libro en la mano, pero cerrado, viendo los sutiles cambios que acontecían a mi alrededor.
La propietaria del hotel preparaba por la mañana desayunos naturales, con pan integral y yogur hecho por ella que hacía las delicias de todos los que nos encontrábamos allí alojados, se hacían catas de vino, de pan y de aceite y la mesa se convertía en un acontecimiento engalanado con todos las personas allí alojadas, que asistíamos de invitados pero a su vez de participantes en una gala muy especial. Allí, rodeados de naturaleza y alimentos naturales, conocíamos a cada uno de los habitantes de la casa y manteníamos conversaciones muy interesantes. Había una familia inglesa que se reunían allí todos los años, eran muchísimos, con niños, bebes y adolescentes que hacían mis delicias, hablar con ellos era como explorar la vida en unas horas, habían viajado tanto, y sabían sobre tantas cosas que podías pasar horas hablando y no te dabas cuenta de que había pasado el tiempo. En estos día tengo el deseo de visitar la Toscana y allí me comentaron que se puede hacer la visita a la Toscana como el camino de Santiago, andando por etapas y que hay una agencia que se encarga de organizarlo.
El entorno está rodeado de senderos bien etiquetados con buenos carteles sobre la duración, el desnivel y la dificultad. Son caminos muy transitados y muy preparados para el senderista, creo que en el momento pisas el sendero la empatía por todos los viajantes de este camino se dispara y crece, son personas que comparten tus intereses, con amor por la naturaleza y con ganas de aprender de las rutas culturales, patrimoniales u ornitológicas.
Por si a alguien le interesa el hotel se llama Finca la fronda y está en la población de Alajar en plena sierra de Aracena. Al lado, hay un pequeño pueblo de la serranía que se llama Linares de la Sierra, si vais os recomiendo comer en el Rincón de Lorenzo, no son platos muy elaborados pero es comida casera y el entorno es privilegiado. Una población muy cercana es Aracena y allí podéis visitar las grutas de las Maravillas que como su nombre indica son una verdadera maravilla que no te puedes perder.
Os tengo que contar que estuve en una casa cueva en Guadix (Granada) y tenían una construcción muy interesante, por ser la primera visita del centro de interpretación de la casa cueva tuve el gran privilegio de sentirme por unos momentos como la ama de la casa ya que me dieron la llave y fuí la encargada de abrir la puerta, una puerta muy especial porque siempre estaba abierta para permitir la ventilación de la casa.
