Hoy me gustaría contaros que he estado leyendo datos curiosos sobre una ciencia que no conocía, la neuroarquitectura. Esta disciplina estudia cómo las personas reaccionan emocionalmente ante un espacio concreto. Estas vacaciones visité Asturias y Cantabria y por recomendación de un amigo fui a la "Cueva del Soplao." Es una cueva que se descubrió como consecuencia de una excavación minera y es muy peculiar porque además de las estalagmitas y estalagtitas tienes otras formaciones que son totalmente anárquicas y que son impresionantes. Las cuevas se dividen en varias estancias y una de ellas era la "sala de la opera", al entrar, mientras te explican como se crearon estas formaciones ponen una canción de los niños del coro y mientras la música suena, la intensidad de las luces va variando conforme al ritmo y tono de la canción, confieso que la experiencia es inolvidable, permanece en el recuerdo y hace surgir sensaciones y emociones placenteras que hacen disfrutar incluso cuando has salido de la cueva
La neuroarquitectura no es nueva, los primeros estudios empezaron en el 2004 y algunas de sus conclusiones son muy relevantes. Una que ha llamado mi atención ha sido que los techos bajos favorecen la concentración y el pensamiento concreto, en cambio de los techos altos favorecen la creatividad y el pensamiento lateral.
Es cierto, fíjate cuando entras en una catedral con techos muy altos, casi sin darte cuenta surge la reflexión, las ideas, los conceptos abstractos. Los investigadores llegaron a esta conclusión tras un estudio en el que separaron a los participantes en dos grupos, el grupo A y el grupo B. Al grupo A lo colocaron en una estancia con techos bajos y al grupo B en una habitación con techos altos.
A Ambos grupos les mostraron un producto para que lo describieran y el resultado fue el siguiente: los participantes del grupo A definieron el producto por sus características específicas, en cambio los del grupo B, ubicados entre techos altos, hicieron una descripción mucho más general y basada en aspectos generales del producto.
Con es estudio se demostró que la altura del techo condiciona la respuesta de nuestro cerebro, un techo alto favorece la creatividad mientras que uno bajo aporta sensación de protección, concentración y favorece trabajos de interiorización.
Si te ha gustado este post, quizás también te guste este otro:
https://saraialba.blogspot.com/2018/06/maximiza-el-pensamiento-lateral-y.html
Si te ha gustado este post, quizás también te guste este otro:
https://saraialba.blogspot.com/2018/06/maximiza-el-pensamiento-lateral-y.html