Judith y Holofernes- Caravaggio |
La semana pasada fuimos a Madrid y aprovechamos para visitar el Museo del Prado, nos permitimos recrearnos durante todo el día. Una de las salas que más me impresionó fue la dedicada a Goya y sus "pinturas negras".
Una de las obras que podemos encontrar, actualmente expuesta en el Museo del Prado, es "Judith y Holofernes" un clásico pasaje de la biblia que ya habían inmortalizado Botticelli, Tiziano, Caravaggio, Donatelo, Artemisa Genleschi y Valentín de Boulogna, entre otros.
El episodio comienza con el asedio del ejercito asirio a la ciudad de Betulia, cuya población estaba a punto de rendirse. El pueblo llevaba varios meses con todos los accesos cortados y sin posibilidad de conseguir agua por lo que su población moría de hambre y de sed. Se estaba produciendo una masacre y la única situación que veían posible era la rendición ante las tropas de Nabucodonosor regentadas por el general Holofernes.
Ante esta situación, la joven Judith, diseñó un plan para salir de la situación en que se encontraban. Judith era una viuda delicada y muy hermosa, cogió sus mejores joyas, sus mejores vestidos y a una sirvienta y fue al campamento asirio diciendo que había rechazado a su pueblo por su crueldad y que buscaba refugio.
Holofernes, quedó prendado de su belleza y ofreció a Judith y a su sirvienta un lugar donde quedarse. Judith, cada día luchaba por conseguir la confianza de Holofernes y después de algunos días, la consiguió plenamente.
Holofernes, seguro de su gran victoria, decidió celebrar el éxito con un gran banquete al que invitó sólo a su pueblo, no a los soldados, y en el que abundó el buen vino y los buenos licores.
Al acabar el banquete, Judith se quedó a solas en la tienda de Holofernes y aprovechando que éste estaba borracho, sacó su espada y pidiendo al altísimo fuerza y valor, le cortó la cabeza, la metió en un hatillo que llevaba su criada y salieron de nuevo hacía Betulia.
A la mañana siguiente cuando los soldados entraron en la tienda de Holofernes, buscando a su general para la batalla, quedaron todos aterrados ante la escena que contemplaban. El ejército enemigo, sin su gran líder, decidió retirarse y mientras en Betulia celebraban la victoria exponiendo la cabeza en los muros de la ciudad.
Los atributos iconográficos más comunes de esta escena son la cabeza de Holofernes, la espada de Judith y la criada que le acompaña. Se suele pintar a Judith con una actitud serena, destacando así su carácter de heroína de su pueblo.
Es curioso que en casi todos los cuadros que reflejan esta escena aparezca la sirvienta al lado de Judith cuando según la Biblia, y el libro de Judith, la criada espera afuera hasta que Judith le hace entrega del trofeo.
Es una de las escenas más representadas en todas las artes escénicas, he encontrado varias páginas que son muy curiosas ya que recopilan la cantidad de cuadros famosos que representan esta escena.
http://www.bible-topten.com/Judith.htm
http://bjws.blogspot.com.es/2011/08/judith-holofernes-1600s.html
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