En 15 minutos
Llevo todo el día pensando como dan de sí 15 minutos, recuerdo cuando iba a defender la tesina del máster y tenía que hacer una exposición de 15 minutos. Al principio 15 minutos me parecían larguísimos, qué iba a decir, madre mía 15 minutos delante de un tribunal y un montón de gente expectantes a lo que ibasa decir. Me pareció muchísimo tiempo.
Me puse a preparar la presentación y entonces 15 minutos me parecían muy pocos, podía estar hablando horas del tema que más me gustaba, del que más sabía y del que había estado profundizando todo un año. Ahora el problema cambiaba, no podía sintetizar en 15 minutos todo lo que sabía, necesitaba más tiempo. Es curioso como cambian los problemas, dependiendo de las expectativas, quería contar tantas cosas que 15 minutos no daban de sí, pero no se trataba de aburrir al tribunal sino de hacer una breve presentación del estudio del tema, una presentación que les cautivara y que les hiciera salir pensando que había merecido la pena.
Salí del paso, con ayuda de mi tutora y el consejo de buenos amigos fuí capaz de sintetizar en 15 minutos.
La semana que viene voy a una concentración de personal universitario en Turku, y tengo 15 minutos para hacer mi presentación, aquí se presenta algo de valor añadido, la presentación debe ser en inglés. Un nuevo reto, 15 minutos y en inglés. En estos momentos estoy pensando que hacer para en 15 minutos cautivar la expectación de todos los asistentes hacía mi presentación y la verdad me resulta muy complicado.
La semana pasada leí sobre una investigación que se había hecho en una universidad americana sobre cómo satisfacer las expectativas de aquellos que nos rodean.
En el experimento cogieron tres grupos, y les propusieron hacer una puzzle complicado, y les explicaron que en todo momento iban a tener al lado una persona encargada de ayudarles en su difícil tarea.
Al primer grupo les pusieron a una persona que no ayudaba a hacer el puzzle, cada vez que le preguntaban, encogía los hombros en señal de no saber. Al segundo grupo le pusieron una persona que les ayudó en todo lo necesario para completar el puzzle y al tercer grupo le pusieron a una persona que ayudaba tanto que abrumaba con la ayuda, su ayuda era excesiva, casi le faltaba coger el puzzle y realizarlo.
Después de la experiencia pasaron una encuesta a los participantes sobre cómo se habían sentido con la ayuda proporcionada. Los del primer grupo estaban todos muy desencantados porque les habían prometido ayuda y no habían sentido o notado esta ayuda, la persona que estaba para ayudar no ayudaba, sus expectativas se vieron frustradas, esperaban algo que no sucedió y todos se sintieron engañados o desencantados.
Los del segundo grupo, que habían sido ayudados tal y como esperaban, estaban todos muy satisfechos porque las expectativas que tenían coincidían con los resultados obtenidos.
Los del tercer grupo, en los que el ayudante había superado con creces las expectativas de los participantes, no estaban mucho más encantados que el segundo, es decir se sentían satisfechos pero no mucho más que los del segundo grupo.
Después de esta investigación se concluyó que si las expectativas coinciden con los resultados, el grupo se siente satisfecho pero si los resultados exceden mucho de las expectativas no se sienten mucho más contentos o satisfechos, es decir una vez llegamos a la satisfacción esperada todo lo que sobrepasa no se valora o se valora mínimamente.
En base a este estudio, mi presentación no tiene porque ser excelente, basta con que alcance a las expectativas del grupo y basta con que cautive su atención durante los 5 primeros minutos para que el resto fluya y se complete sin ningún esfuerzo por mi parte.
Disfrutaré de los 15 minutos.