"TÁCTICA es lo que se hace cuando hay algo que hacer, ESTRATEGIA es lo que se hace cuando no hay nada que hacer"
Savielly Tartakover

sábado, 15 de junio de 2024

Cocinando nuevas decisiones


Buenos días a todos/as, 

¿Alguna vez os habéis encontrado pensando tanto en cómo cocinar alguna receta y al final terminas quemando la cena? ¡Bienvenidos al club de los indecisos!

En la cocina y en la vida, tomar decisiones sin planificar es como preparar una cena sin receta ni ingredientes claros. Puedes tener suerte y crear un plato delicioso o terminar cocinando un desastre monumental, que, seguro que se puede comer, pero, no es lo que tú buscabas.

Es esencial pensar en todos los posibles escenarios de una decisión antes de implementarla. Pensar en lo que vamos a hacer debería ser la parte más importante de nuestra decisión porque es más fácil integrar todas las posibilidades sobre el papel que implementar los imprevistos cuando el proyecto ya está en marcha.

Si te paras y planificas los posibles escenarios.

Evitas sorpresas desagradables: Imagina que decides hacer tortitas pero cuando empiezas a hacerlas no tienes huevos, pero se te ocurre cambiar este ingrediente por otro que si tienes. El resultado no será las tortitas que habías previsto, pueden ser mejores o peores, a veces, se innova, pero desde luego no es lo que querías hacer.

Ahorras tiempo y esfuerzo: Planificar te permite trazar una ruta clara hacia tus objetivos. Si quieres hacer tortitas es importante que veas si tienes todos los ingredientes, las sartenes adecuadas, el tiempo necesario, al receta a mano... solo así te aseguras que saldrá lo que esperas.

 Así que, te recomiendo que antes de embarcarte en cualquier proyecto o decisión importante, tómate el tiempo necesario para planificar y visualizar todos los escenarios posibles. A veces, pensar demasiado puede nublar tu juicio, pero una planificación adecuada te da el control sobre el resultado final. No estoy en contra la de improvisación. que es muy útil en muchas ocasiones pero si lo que quieres es un resultado concreto y específico dedica tiempo a planificar y una vez sepas lo que quieres conseguir, implementarlo será rápido.

Otro día os hablaré sobre el tema del control. Una verdad universal es que el control absoluto no existe. ¿Te sorprendió? pero te adelanto que a veces no controlarlo todo te da vida y alimenta tu curiosidad.

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miércoles, 5 de junio de 2024

Benjamín Franklin- Padre del to-do list

 

Buenos días a todos/as,

Hoy me paso por aquí para contaros que, curioseando sobre productividad, he encontrado que Benjamín Franklin, en el Siglo XVIII,  trabajaba su productividad de manera muy similar a como lo hago yo hoy en día, agendando y con ayuda de bloques de tiempo y el to-do list.

¿Quién era Benjamín Franklin?  Era todo un personaje, nacido el 17 de enero de 1706, destacó como inventor, científico, escritor, diplomático y fue uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos. Contribuyó significativamente en la redacción de la Declaración de Independencia y la Constitución, y además fundó instituciones clave como la primera biblioteca pública y la Universidad de Pensilvania.

Se le considera el fundador del to-do list porque fue creador de un sistema de organización del tiempo pionero para su época. Franklin era conocido por su gran disciplina. Si analizamos la situación, vemos que era productivo porque tenía un buen sistema, ¡y ya sabéis que me encantan los sistemas! A lo largo de su vida, desarrolló diversas estrategias para gestionar su tiempo y maximizar su productividad. Uno de sus métodos más conocidos era su plan diario, que incluía una lista de tareas a realizar. Usaba un cuaderno para planificar su día, donde detallaba tanto sus actividades diarias como sus objetivos a largo plazo. Este cuaderno era una mezcla de agenda, diario y lista de tareas, y estaba diseñado para ayudarle a ser más eficiente y efectivo. Él tachaba a mano y hoy lo hacemos con el to-do list.

Tenía una rutina diaria que seguía rigurosamente. Otra cosa que comparto con él, es la necesidad de rutinas. Dividía su día en bloques de tiempo dedicados a actividades específicas. Su horario diario incluía:

  • Mañana: Reflexión sobre el día y establecimiento de tareas.
  • Durante el día: Cumplimiento de tareas.
  • Tarde: Revisión del día y reflexión sobre lo que se podría mejorar.

Seguir los hábitos y rutinas es esencial, ya que muchas veces planificamos y después nos saltamos la planificación solo porque no nos apetece. Se trata de prueba y error. Si no te apetece hacerlo, está bien, pero hay que analizar cuáles han sido los motivos por los que no lo has hecho y hacerte una buena pregunta para ver cómo puedes introducir ese hábito u otro similar en tu rutina. Es decir, no te quedes pensando "no lo he hecho" y ya está, sino que debes intentar mejorar el próximo intento.  A mí me gusta mucho la regla de Marta; ella dice que no debemos gastar energía tomando una decisión si “la decisión ya está tomada”. La tomaste cuando lo planificaste, y ahora, ¿por qué no te parece buena decisión? Está bien que dudes, pero siempre debe ir seguido de una reflexión y análisis.

Estos principios de Franklin no solo fueron revolucionarios en su tiempo, sino que también son aplicables hoy en día. Integrar un enfoque metódico en nuestra rutina diaria puede ser la clave para alcanzar un nivel óptimo de productividad y eficiencia. Así que, inspirándonos en Franklin, sigamos agendando, reflexionando y trabajando para ser más eficaces y productivos.

Otro día os contaré la diferencia entre rutina y ritual, en principio parece lo mismo pero hay un pequeña diferencia en su significado.

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