Buenos días a todos/as,
Hoy me paso por aquí para contaros que este fin de semana iba a ser un fin de semana de ensueño, todo estaba listo para ir a uno de los hoteles más emblemáticos de la cadena Meliá en Benidorm: Meliá Villaitana, pero el asunto se fue torciendo y os dejo que valoréis la situación cuando lleguéis al final de este post.
Es un hotel emblemático, en la cima de una pequeña montana, tiene cientos de habitaciones, hay habitaciones con maravillosas vistas a la piscina, con vistas a la bahía de Benidorm pero también las hay con vistas a un solar con un chorro de 8 o 10 contenedores y un montón de máquinas entrando y saliendo. Claro, estas no la publicitan pero si tienes suerte, te toca y es lo que hay.
Al día siguiente bajamos a rececpción porque la bañera tenía un escalón muy alto y nos costaba subir, solicitamos una habitación con ducha y aquí viene el cuento: El hotel Meliá Villaitana no dispone de habitaciones con ducha, ¿qué pasa con las personas mayores o las que tiene lesiones de rodilla o similares y no puede subir a la bañera? Pues no se duchan y listo. Al final nos dijeron que nos podían dar una habitación adaptada y a las 15.30 horas tuvimos un cambio de habitación, pero como todo no puede ser perfecto, la nueva habitación tenía la cisterna del baño averiada y soltaba litros y litros de agua y, además del ruido que hacía, no había forma de pararlo. Llamamos a recepción para avisar y a las 18:30 h. salimos de la habitación y aún no había venido nadie a repararlo. Un hotel que presume de sostenibilidad, mantuvo la cisterna más de 3 horas tirando agua. Volvimos a llamar y alguien se acercó a repararlo pero para dejar su "huella" dejó todas las luces del baño y de la habitación encendidas y la tapa del inodoro abierta. Al entrar tuve sensación muy extraña de que alguien había estado en mi habitación. Creo que después de haber avisado dos veces y haberme destrozado la siesta, lo menos que cabia era una llamada de teléfono para indicarnos que la incidencia estaba arreglada. No hacía falta dejar todas las luces encendidas.
El jueves llegamos por la noche, nos atendieron en la recepción del hotel de level de Meliá, ni siquiera sabía que había otra recepción, nos enviaron a cenar al buffet del Botánico, en la zona del level, que yo no sabía ni lo que era y nos fuimos a dormir. El viernes no cenamos en el buffet y el sábado sobre las 8 de la noche nos vamos a cenar al buffet Botánico, al que ellos nos habían enviado el primer día, y cuando ibamos a acceder por la puerta de la recepción una señorita muy "amable" se acercó con poco sígilo y en medio de una recepción llena de gente nos dijo:
- "¿Donde van los señores?"
- Nosotros muy tranquilos contestamos - "a cenar"
y la señorita, brazos en jarra y con el dedo acusador, cuál Cristoban Colón anunciando "Tierra", nos dijo - "Esta es la zona de "level", ustedes no son de "level"(etiquetas), ustedes tienes que cenar allí" apuntando con el dedo tieso hacía la puerta de salida.
Creo que nunca antes me había sentido tan avergonzada. Me sentí con ganas de decirle "No sé qué es de level pero somos personas y como tales debemos ser tratados con respeto". Nos fuimos a cenar al resaturante "Mosaico", al destinado para los otros, para los que no son de "level".
Me parece vergonzoso, que en la recepción de un hotel Meliá me echen de malos modos y den a entender que me he colado cuando la confusión la han creado ellos. Yo solo quería cenar porque tenía media pensión.
El jueves les interesaba que fueramos al botánico porque había poca gente y ahorraban en personal pero el sábado ya era zona prohibido. Para evitar este mal entendido, en recepción, el día de la llegado debían habernos dicho algo así: "Esto son dos hoteles, a partir de esta puerta ustedes no pueden pasar pero hoy si porque nos interesa pero otro día ni lo intenten porque serán invitados a bandonarlo" y os aseguro que ni lo habría intentado, ni me hubiera sentido tan mal. El sábado estaba tan avergonzada que apenas pude cenar y el domingo estaba deseando levantarme, desayunar e irme a mi casa lo antes posible. En mi opinión falta claridad en la recepción y sobre todo, a mí, me faltaba información indispensable, nadie nos dijo que no se cenaba allí todos los días ni mucho menos que no podiamos atravesar la puerta.
Gracias @Melia Villaitana por hacerme pasar el peor fin de semana en décadas y por demostrar en la vida real, lo sostenibles que sois. Nada de lo pasado hubiera tenido importancia sin la incidencia del sábado por la noche, porque las cosas se olvidan pero que te echen, porque los humanos se confunden, no se puede olvidar.
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