Según un estudio de la Universidad de Notre Damme cada estadounidense miente una media de once veces por semana. El estudio fue liderado por la doctora Anita E. kelly y su equipo de investigación, el proyecto consistió en hacer el seguimiento a dos grupos durante 10 semanas. A uno de los grupos se le pidió que redujeran al máximo las mentiras cotidianas mientras que al otro grupo no se le dio ninguna instrucción sobre la forma de comportarse.
Al cabo de las 10 semanas, analizaron una serie de parámetros relacionados con la salud y observaron que el primer grupo, el que había reducido el número de mentiras cotidianas, estaba más sano, menos tenso, padecía menos dolores de cabeza y tenían menos irritabilidad de garganta que el otro grupo. Si nos fijamos, estos síntomas están relacionados con culpa que sentimos por mentir, hay una relación cuerpo mente, aunque la mentira no tenga ninguna envergadura.
¿Por qué mentimos? Según la Real Academia de la lengua mentir es decir lo contrario a lo que se piensa, a veces mentimos sin darnos cuenta, hacemos una manipulación de la verdad para que está acorde con nuestros pensamientos, sin darnos cuenta de que ello, en ocasiones, puede dañar a los demás pero, la causas más comunes por la que se suele mentir son:
1.- Para excusarse o justificarse, en este caso, siempre que alguien pregunta el por qué de alguna acción, de alguna manera te está invitando a mentir. La tradición popular dice "Quien quiera saber, mentiras en él", normalmente es así, si alguien pregunta el por qué solemos no decir la verdad. Asimismo cuando alguien al que no le has preguntado te ofrece una explicación muy probablemente se siente culpable de algo e intenta justificarse ante él mismo, es una autojustificación.
2.- Mentimos para ganar tiempo, cuando no hemos hecho alguna tarea y necesitamos más tiempo para terminarla, mentimos para no afrontar nuestra responsabilidad, la consecuencia de no haber hecho algo que quizás ya deberíamos haber terminado. Mentimos para evitar un castigo.
3.- Mentimos para conseguir un premio.
4.- Mentimos para poder adaptarnos a un ambiente hostil, para esquivar una realidad, pero a veces, en lugar de integrarnos en este ambiente, deberíamos poner nuestros valores sobre la mesa y actuar según ellos, esconder perpetuamente una mentira es una carga muy grande y aún lo es más tener que actuar en contra de tus valores.
5.- Mentimos para exagerar algunos hechos, magnificamos cosas añadiéndole opiniones de nuestra cosecha.
6.- A veces, mentimos para preservar la ilusión de otro, es el caso de D. Manuel Bueno, mártir, personaje de Miguel de Unamuno que tiene que optar entre ser fiel a sus pensamientos y confesar una crisis de fe, o ser leal a sus parroquianos y mantenerlos en su ilusión a pesar de que él no cree lo que está diciendo. Os recomiendo la lectura de este libro.
5.- Mentimos para exagerar algunos hechos, magnificamos cosas añadiéndole opiniones de nuestra cosecha.
6.- A veces, mentimos para preservar la ilusión de otro, es el caso de D. Manuel Bueno, mártir, personaje de Miguel de Unamuno que tiene que optar entre ser fiel a sus pensamientos y confesar una crisis de fe, o ser leal a sus parroquianos y mantenerlos en su ilusión a pesar de que él no cree lo que está diciendo. Os recomiendo la lectura de este libro.
En última instancia cabría preguntarse si hombre y mujeres mienten por las mismas causas, y parece que no es así, hay un estudio que señala que las mujeres, normalmente, mienten por evitar dañar los sentimientos de los demás y los hombre, por mejorar su imagen, como por ejemplo engrandecer su currículum.
En mi opinión, es necesario ser valiente, valiente para enfrentarse a los propios miedos y decir la verdad en todas las ocasiones, aunque a veces, sepamos que estamos dañando a alguien pero es más sincero decir lo que piensas y hacer que la otra parte pueda replantear sus sentimientos a mentir y llevar una pesada carga.
La mentira es un engaño a nosotros mismos, ¿de qué te evades? ¿qué intentas ocultar? Si comunicas toda la información, la otra persona puede analizar y tomar sus decisiones pero si no tiene información, para tomar una decisión, primero ha de especular, y no es lo mismo, ni lleva al mismo sitio, analizar que especular. Las mentiras siempre producen un efecto en nuestra vida cotidiana y en ocasiones este efecto podría formar una bola de nieve que en un determinado momento se derrite y nos deja al descubierto.
Otro día, hablaré sobre la primera mentira, Adan y Eva y la clasificación de las mentiras de san Agustín, tema muy interesante para tratar en otro post.
Otro día, hablaré sobre la primera mentira, Adan y Eva y la clasificación de las mentiras de san Agustín, tema muy interesante para tratar en otro post.
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